Experiencia de un viaje al Líbano…
(Por Rosa Dutra) El año 2015 llega a su fin y muchos aprovechan la oportunidad para recordar las experiencias vividas a lo largo del año, unas buenas, otras malas y dolorosas, otras que sirvieron para adquirir mayor experiencia o conocer otras partes del mundo. Esto último le tocó vivir a un colega y amigo que en el mes de julio, en pleno verano en el hemisferio norte y con más de 45º C de temperatura, viajó al Líbano junto con su esposa y un grupo de otros invitados.
Con él dialogamos para que nos contara su experiencia, lo que conoció, la forma en que viven los ciudadanos de ese país tan lejano y las visitas que realizó a lugares históricos y milenarios que hacen parte de la cultura y el patrimonio de la humanidad.
Edilberto “Chango” Chalela, fotógrafo y comunicador que tiene un programa en Radio Cristal FM los días domingos por la mañana, de música de la tierra, noticias, entrevistas, cultura, costumbres y tradiciones nacionales. Antes de ello, durante nueve años y medio estuvo con un programa en Radio Columbia FM.
Fueron invitados por la Sociedad RJLiban, una sociedad cultural con treinta años de existencia y que procura llevar a los hijos y nietos de emigrantes libaneses a su país, para que conozcan esa rica cultura que poseen o si deseen permanecer en el Líbano.
Señaló que el Líbano tiene una propuesta más amplia que un viaje, ya que la idea es que los emigrantes regresen al país. Pero no es solamente para ellos sino que la oferta es para aquellos que son amigos del Líbano.
Nos detalló cómo llegó su invitación. Fue a través de una página de Internet, donde llenó el formulario “por casualidad”. Fue algo increíble -dijo- porque nunca se imaginó que sería invitado. La invitación le llegó cuando menos esperaba, y por e-mail le comunicaron que había sido sorteado y favorecido con el viaje con todos los gastos pagos, para visitar el Líbano por veintidós días, desde el 9 de julio hasta los primeros días del mes de agosto.
Viajaron por Brasil. Desde Porto Alegre viajaron por avión, con escalas en San Pablo y Dubái. Desde ahí a la capital libanesa, Beirut. “Fue un viaje muy extenso, no apto para nerviosos -expresó- pero inolvidable. Cruzamos el desierto de Arabia, el Mar Rojo, con una franja muy angosta y extensa”.
Al llegar fueron muy bien recibidos por el presidente de la Sociedad RJLiban y otros integrantes. Se hospedaron en un muy bonito hotel y luego viajaron por distintas ciudades históricas, como Baalbek, Tiro, Sidón, con sitios arqueológicos de culturas que datan de seis mil años.
“El ritmo de los habitantes libaneses es bastante vertiginoso, de ciudades grandes. El tránsito es imponente, diferente a países como el nuestro, tranquilo que no apunta al desarrollo. La comida es distinta. La comida uruguaya no se conoce. Se consumen carnes de cabra, de oveja. La carne vacuna es muy rara. El trato que nos brindaron allá fue maravilloso”, señaló.
Destacó la actitud de la Embajadora de Uruguay en Líbano, la Dra. Marta Inés Pizzanelli, quien les brindó una excelente bienvenida, compartiendo momentos agradables con ellos. Chalela contó que guardaron recuerdos fotográficos con la Dra. Pizzanelli y hasta hoy mantienen comunicación.
Esto le dio la pauta que en el mundo se vive de otra forma: “te brindan sin interés, sin esperar nada a cambio, no pensando en un retorno, como sucede aquí”.
Haciendo referencia al nivel de vida de los libaneses, señaló que no vieron mucha pobreza, a excepción de algunos lugares en la salida de algún pueblo, donde había una especie de asentamiento. Cree que pertenecen a emigrantes sirios, que suman dos millones de personas, casi la mitad de la población libanesa, de refugiados que huyen de la guerra.
Respecto a la economía libanesa, manifestó que “es un pueblo agricultor, con muchos cultivos de olivo, bananas, vid… los plantan en cualquier lugar: en la montaña en forma escalonada, en el llano, sin desperdiciar absolutamente nada. Existe una gran diferencia con Uruguay, porque se pasa por miles de kilómetros y todo está habitado de animales, como cabras, ovejas y otros animales”.
La vida social es muy activa. No necesitan llegar a un fin de semana para que se vean atractivos sociales. Todos los días en cualquier ciudad se puede disfrutar de los atractivos nocturnos: bailes, música en vivo, tragos, buena gastronomía, restaurantes con capacidad para doscientas o trescientas personas.
Sobre los sitios arqueológicos expresó que estos se pueden visitar con guías, que explican las fechas a los cuales pertenecen las ruinas y proporcionan datos históricos. También visitaron el Museo de Beirut donde están expuestos famosos sarcófagos.
En Baalbek hay edificaciones gigantescas donde el estilo de estas denota la influencia de la cultura griega. Hay grandes templos que hasta el día de hoy no se explican cómo pudieron edificarlos, con columnas de dieciocho metros de largo que alcanzan las nueve toneladas; se deduce que estos templos fueron construidos por plano inclinado.
También visitó la ciudad de Qana, donde Jesús hizo el primer milagro de transformar el agua en vino. La ciudad está en las montañas, edificada sobre las rocas. Los pobladores de esa zona extraen las piedras para aplicarlas sobre sus construcciones.
El clima presenta variables. El invierno es riguroso, con la caída de nieve, y el verano es muy caluroso e incluso la temperatura puede llegar hasta los 50º C. Hay varias playas, como en Tiro. En Biblos las playas no son públicas, sino que para disfrutarlas hay que pagar.
Tuvieron la oportunidad de que les impartieran clases del idioma libanés en forma intensiva, con conocimientos básicos. Las clases los ayudaron a “entender algo de lo que se habla allá”. En Líbano también se habla el inglés y el francés, que es el segundo idioma.
Edilberto Chalela finalizó dejando su mensaje ante el pasaje de estas fiestas, deseando lo mejor a la población fronteriza y que las fiestas transcurran con paz y con armonía.