Rivera, domingo 24 de noviembre de 2024

Fuerza Aérea Uruguaya realiza maniobras con aviones de caza en Rivera

Hasta la jornada de hoy, sábado 29 de abril, inclusive, el Escuadrón Aéreo Nº 2 (Caza) se encontrará desplegado en el Aeropuerto Internacional de Rivera “Gral. PAM Oscar Gestido”. El ejercicio se realiza acorde al cumplimiento del plan anual de entrenamiento de las tripulaciones de la Fuerza Aérea Uruguaya, que prevé la operación en aeródromos y pistas alejadas de su base.
En esta oportunidad, se movilizaron dos aeronaves A-37B “Dragonfly” con sus respectivas tripulaciones y técnicos, apoyados vía terrestre por camiones cisternas y vehículos de apoyo, entre otros.
La actividad, además de incrementar la capacidad de dicho Escuadrón, le permite operar en otros aeropuertos mediante el entrenamiento de las tripulaciones y técnicos fuera de la base de origen y el acercamiento de los medios a la población, con el objetivo de generar un efecto disuasivo en aquellos tránsitos ilícitos que se detecten en el área.
Los A-37B “Dragonfly” son el medio más rápido con que cuenta la Fuerza Aérea Uruguaya para interceptar vuelos ilegales en cualquier punto del espacio aéreo nacional. El Escuadrón Aéreo Nº 2 cuenta con una flota de doce aeronaves de fabricación norteamericana, que pueden alcanzar velocidades de hasta ochocientos kilómetros por hora, llegando desde la base aérea en Durazno hasta el Aeropuerto Internacional de Rivera en veinticinco minutos.
En declaraciones al noticiero Telemundo, de Canal 12 Teledoce, el May. Gerardo Tajes, Director de Relaciones Públicas de la Fuerza Aérea Uruguaya, explicó que “el espacio aéreo, nuestra soberanía, está bien defendida y el Centro de Operaciones Aéreas ante un vuelo ilícito, determina que las aeronaves interceptoras (en este caso como están haciendo estos ejercicios las aeronaves A-37) decolen hacia una posición en donde primero es identificada”.
Nuestro país cuenta con radares civiles y dos radares militares, uno ubicado en Santa Clara de Olimar, en Treinta y Tres, y otro móvil, lo que permite al Centro de Operaciones Aéreas visualizar todos los lugares donde podría esconderse un vuelo no autorizado y enviar los aviones caza hacia allí.
“Las aeronaves tienen que primero interceptarla y luego identificar sus matrículas. Una vez que es pasada esa información y si se determina que es un vuelo ilícito, se le da, primero por radio o sino por señas visuales, la orden de aterrizar en territorio nacional”, detalló Tajes.
Si la aeronave se niega a aterrizar, es dirigida hacia un país vecino, con los que Uruguay tiene tratados de defensa aérea binacionales. A diferencia de Brasil, Uruguay no tiene protocolos para derribar una aeronave y los A-37 sólo pueden activar su armamento en defensa propia. “Normalmente las aeronaves acatan la orden y aterrizan en un aeropuerto internacional como el de Rivera o un aeropuerto local en donde la Policía Aérea Nacional también accede al lugar. Y si lo hiciera en un campo, el Ministerio del Interior ejerce su autoridad”, dijo Tajes.
Las maniobras de aproximación e interceptación son arriesgadas y se entrenan con una aeronave ficticia de la Fuerza Aérea que no da su posición. El entrenamiento en distintas bases del país, con diferencias en la servidumbre, las pistas y las condiciones del viento que determinan características diferentes en todas las etapas del vuelo, es crucial para los pilotos.

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