(Por Ariel Rodríguez) Seguramente la sesión de ayer en la Cámara de Representantes no era una más, a pesar del llamado al soberano en dos oportunidades y su decisión, volvíamos a abordar el tema de la llamada “Ley de Caducidad”.
Ahora nos preguntamos que tan importante era el tema para el común de la gente. Con cámaras de Norte Visión Noticias, Canal 8, salimos a la calle a preguntar a los riverenses como habían seguido el tema, el debate y que opinaban sobre lo resuelto, hecho ello claro está sin ningún tipo de esquema científico, nada que para conocer la opinión de algunos.
Entre 20 personas de diferentes edades y estratos sociales la respuesta fue unánime, la indiferencia y desconocimiento del tema y en algunos casos quienes lo conocían manifestaron estar saturados del mismo. No es nuestra intención entrar en polémica respecto a la justicia o no del reclamo, a lo que vamos es que la realidad demuestra que más allá de un círculo no sé si vicioso de actores vinculados al sistema político el común de los uruguayos parecería ya han dado por resuelto el tema.
Y es claro que uno se pregunte dos consultas populares, bastión en donde reside la esencia soberana, una primera instancia legislativa y ahora esta ¿ya no son suficientes? Al fin de cuentas entonces ¿cuando una ley queda firme? ¿Sólo cuando coincide con lo que pensamos o pretendemos?
La central sindical llamó a una paralización de actividades y concentración en alrededores del Palacio Legislativo, convocatoria que no tuvo relación entre quienes se hicieron presentes allí y quienes pararon, pero con que motivo ¿de presionar a los legisladores? No se entiende.
Catorce horas de sesión fueron imposible de seguir pero los momentos que pudimos hacerlo a través de la trasmisión televisiva en directo, fueron suficientes para ver a un Diputado leyendo un diario mientras otro, que no era de su partido hablaba, otros se veían muy entretenidos navegando en Internet, mientras otros charlaban alegremente, entonces, ¿si ellos no se escuchan? ¿Cómo pretenden que los escuchemos nosotros?
El parlamento es una de las aristas básicas de nuestro sistema republicano democrático de gobierno y es precisamente por ello que quienes tienen el honor y la inmensa responsabilidad de integrarlo, debieran ser mucho más cuidadosos en su tarea.
Largos discursos, reiteración de conceptos, ataques y contra ataques, insinuaciones, voces alteradas, terminan por cansar y no aportar absolutamente nada, lamentablemente nada. Lo lógico o más bien lo prudente es que de una buena vez nos libremos de esas ataduras que nos prenden al pasado y comencemos a mirar hacia delante.
A partir del gobierno de Jorge Batlle, con la Comisión para la Paz y seguramente con mucha más profundidad durante el de Tabaré Vázquez y en lo que va de la Administración Mujica, se ha logrado destrabar muchas cosas utilizando las propias herramientas que habilita la ley.
Los principales represores o al menos la mayoría de ellos están presos y seguramente se podrá seguir avanzando en el tema, claro está que con las dificultades que significa el paso del tiempo.