Las computadoras, “ceibalitas”, que reciben los alumnos de la educación pública cuentan con una Plataforma Adaptativa de Matemática (PAM) en la que cada uno trabaja según su nivel de conocimiento. La consejera de la ANEP, Laura Motta, consideró que el uso de la tecnología en el aula ofrece una educación más personalizada. Dijo que el desafío actual es asociar el trabajo en clase a las nuevas tecnologías disponibles.
Tras la etapa de distribución de dispositivos y conectividad para todos los niños, jóvenes, maestros y profesores, la consejera de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Laura Motta, resaltó que el Plan Ceibal y la institución referente en educación continúan con el fomento de la innovación en clases.
“Las nuevas tecnologías nunca pueden ser para realizar lo que ya hacíamos de otra manera, sino que deben permitirnos hacer otras cosas”, sostuvo. También destacó que en Ceibal existen plataformas adaptativas como una aplicación para ejercicios de Matemáticas, que permite encontrar el nivel de cada estudiante presentar nuevos desafíos. “Todos pueden avanzar de acuerdo al lugar donde están”, sostuvo la funcionaria, y consideró esto como “una novedad importante”, porque cada alumno puede avanzar según sus logros, no siempre relacionados con la edad.
“La tecnología permite el análisis de los grandes datos y, por tanto, ofrecer una educación más personalizada a los estudiantes. Esto debe acompañarse del seguimiento por parte de los docentes, que a su vez ofrecen apoyo a los estudiantes para que puedan seguir sus propio procesos”, argumentó.
LA RESPUESTA DEL DOCENTE
“Ceibal es una gran herramienta que algunos docentes adoptaron e incluyeron en su trabajo de aula. Otros docentes creen que existen herramientas que le son más útiles. Como pasó con los celulares en su momento, podría haber cierta resistencia, pero son innovaciones tecnológicas que llegaron para quedarse. Cada maestro y profesor las va usando en la medida que puede incorporarlas a su práctica de trabajo, porque no sirve que sea obligado a utilizarlas”, indicó.
“Nunca la tecnología sustituye al docente, eso ya lo sabemos, pero sí modifica el rol del docente en la clase. Es algo que debemos ir abordando y reflexionando, saber qué es lo más importante que tiene que hacer el docente, saber qué es lo que debe ocurrir en la clase”, dijo Motta.
Además, resaltó la importancia de la innovación aplicada a las clases. “Vamos a apoyar toda la innovación, el cambio que vaya en mejora de los aprendizajes”, indicó.
Consultada sobre la desmotivación que a veces sienten los estudiantes, lo que quedó plasmado en datos de desvinculación registrados por el Monitor Educativo de Secundaria y el estudio del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEED) y la Facultad de Ciencias Sociales, Motta sostuvo que el uso de las tecnologías ayuda a que los estudiantes estén mucho más motivados.
“Una persona aprende cuando se ve desafiada a buscar nuevos conocimientos. Esos nuevos desafíos, ese trabajo en proyectos, tienen un producto final. No es solo conocer, sino también hacer. Desde hace tiempo sabemos que los pilares de la educación pasan por el ser, el conocer pero también el hacer, y el hacer con otros. Todo esto que hemos impulsado desde hace tiempo hay que ponerlo en práctica y hay que pensar si los espacios educativos que hoy tenemos favorecen esto”, agregó.
“Son muchos los docentes que estructuran su clase, que sacan de esa mirada frontal a la clase para generar espacios de trabajo grupales. Esto también propone una desestructuración de la clase para animarse a otras miradas, a otras formas de trabajo colaborativo”, concluyó.