El Programa Educativo de Verano comenzó hace treinta años para garantizar la alimentación de escolares durante enero y febrero, pero en los últimos años la propuesta se renovó. Hoy participan unos 13.600 escolares, quienes acceden a iniciativas recreativas, paseos y alojamiento en campamentos y colonias. Este año se inscribieron niños migrantes que ingresarán a una escuela pública en marzo de 2020.
La transformación de Verano Educativo, de la apertura de los comedores al programa actual, también pasó de actividades enfocadas en lectura y escritura a la oferta ampliada de actividades educativas que presenta hoy. Contó con un amplio respaldo de los padres y la participación se incrementó, de 7.500 niños en 2015 a casi 13.600 niños, destacó el consejero de Educación Inicial y Primaria (CEIP) Pablo Caggiani.
Las actividades se llevan a cabo en 130 escuelas, campamentos y colonias del país, detalló. En materia de infraestructura, se cuenta con campamentos educativos del CODICEN en la laguna Negra, Kiyú, El Pinar y el campamento Artigas, así como los del CEIP en Parque del Plata y Minas. También funcionan colonias escolares en el barrio montevideano de Malvín y en Piriápolis, Iporá y las termas. Generalmente los escolares pasan tres días y dos noches.
Caggiani señaló las propuestas acuáticas como las iniciativas priorizadas, que incluyen piscina o visitas a diversas playas. A los participantes se les brindan las distintas comidas del día. Además, funcionan talleres de ajedrez y de aprendizaje de segundas lenguas, gracias a aplicaciones digitales del Plan Ceibal, propuestas de vagón de juegos y talleres de circo.
Por otra parte, Verano Educativo trabaja junto con el programa de Salud Bucal y también con la Dirección de Tránsito y Transporte para la promoción de la educación vial. Además, coordina con intendencias para aprovechar los recursos existentes. Por ejemplo, la de Canelones aporta un recreador a cada escuela de ese departamento.
Estos últimos años se sumaron niños migrantes que llegan al país a fines de año. Se vinculan primero a una propuesta de verano y comienzan el año lectivo en marzo. En 2020 participan niños que durante el año asisten a centros privados.
Con respecto a la transformación, el consejero explicó que fue posible gracias al análisis y selección de los proyectos impulsados por los colectivos docentes, todos ellos enfocados en el aprendizaje a partir de actividades lúdicas. Para Caggiani, “Verano Educativo es un fenomenal laboratorio pedagógico que tiene incidencia en la propuesta escolar de marzo a diciembre”. Destacó que los docentes incorporan las buenas prácticas de enero y febrero al trabajo en el aula durante el resto del año.
Además de Primaria, participan el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), la Secretaría Nacional del Deporte (SND), el Ministerio de Salud Pública (MSP), la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y las intendencias y municipios, así como una diversidad de organizaciones privadas.