En un acto emotivo, el Centro Educativo y de Rehabilitación Integral inauguró su nuevo local
En marzo de 1998 inició sus actividades el Centro Educativo y de Rehabilitación Integral de Rivera (CERI). Este año completó 25 años de labor en nuestro Departamento. Su actual directora, la Licenciada en Psicología Rita Moreira, dialogó con NORTE en ocasión de la inauguración de su nuevo local. “Una jornada de emoción y satisfacción”, así definió la directora Moreira, sus vivencias al inaugurar el nuevo local de la institución que, desde este 15 de mayo, funcionará en calle Florencio Sánchez 826.
Mientras las familias compartían un té con tortas, y los más jóvenes disfrutaban de palomitas de maíz y algodón dulce, se vivieron reales momentos de emotividad y alegría, durante los que la Psic. Rita Moreira explicaba el porqué de este nuevo desafío y esta nueva etapa de la institución. Expresó que, si bien desde su profesión como psicóloga la discapacidad era un tema que le interesaba, más allá de su formación siente que su misión es acompañar a otros, una vocación de cercanía con quien precisa de acompañamiento y apoyo para vencer sus limitaciones sean estas físicas, psíquicas o ambas.
El CERI es un instituto y un centro educativo privado, una SRL sin fines de lucro que trabaja con niños y jóvenes con cierto grado de discapacidad, desde las leves a las más severas, en la confianza de poder apoyarlos y rehabilitarlos, mejorando su autoestima y ayudando a superar sus dificultades, sean estas motrices, sensoriales, psíquicas. “Surgió del interés que desde lo profesional significó el tema de la discapacidad, pero que se transformó en una vocación, fuertemente sentida por mí. Con la preparación, el estudio y la experiencia mi interés como psicóloga fue dando paso a una misión, un trabajo con el que siento mucha satisfacción”, expresó.
Destacó que este nuevo local fue un sueño compartido con su fallecido esposo, el Prof. Valerín Duarte, en que ambos preveían que esa casa albergaría a personas que necesitaran el apoyo, la rehabilitación y la confianza que les permitiera seguir avanzando a pesar de sus dificultades, mejorando su autoestima y sus habilidades más allá de sus capacidades diferentes. Ver este sueño realizado con la nueva sede del CERI significó para su directora la alegría y la satisfacción de dejar su casa para que otros puedan hacerla suya, y transformarla en un lugar de ayuda y apoyo para quienes lo necesitan.
La Lic. Moreira explicó cómo surgió la idea de mudar el centro educativo a su actual localización. “El año pasado debíamos renovar los trámites de la institución con el MSP y con Bomberos, por lo que surge la idea de retomar un proyecto familiar que teníamos con mi esposo (el Prof. Valerín Duarte, ya fallecido). Ambos deseábamos dedicar nuestra casa a la atención de jóvenes con discapacidad. Por ello, surgió el desafío de hacer ese proyecto realidad. Conté con el apoyo de mis hijos y de mis compañeros de trabajo. Y hoy es una realidad”.
“La inauguración fue emocionante. Las familias sintieron la casa como propia, se mostraron felices. Siento que es mi misión, mi vocación. Me produce enorme satisfacción trabajar con estos jóvenes, poder ayudarlos. Pero, esto no sería posible sin el equipo que me acompaña, me apoya y se destaca por su compromiso y a quienes, agradezco profundamente su dedicación”, agregó.
Ante nuestra pregunta de cómo se sentía luego de la inauguración, y visiblemente emocionada, la profesional expresó que se sentía “feliz y orgullosa de haberlo conseguido. Satisfecha porque este proceso y este camino recorrido tienen como meta ayudar a los demás. Es un cambio en mi vida porque me mudé, dejé mi casa, pero para que esté al servicio del otro. Dar atención, rehabilitación y apoyo a estos chicos, es mi misión. Quiero estar cerca de sus familias, que sientan que esta es su casa. Es una visión de cercanía”, enfatizó.
En marzo de este año, el Centro completó 25 años de existencia. Entre los objetivos de la institución está el contribuir a una mejor integración del niño y del joven al medio social y familiar, a través de una actitud reflexiva sobre sus propias posibilidades y limitaciones. Proporcionarles la dignidad que les corresponde disminuyendo sus diferencias psíquicas, intelectuales, físicas y sociales a través de la ayuda específica interdisciplinaria.
Actualmente el CERI trabaja con más de cien niños y jóvenes que allí ingresan por convenio con el BPS, por derivación médica o por necesidades educativas especiales. Son pacientes con diversos grados de discapacidades motrices, sensitivas, intelectuales y de lenguaje que requieren una educación y rehabilitación integral. Algunos beneficiarios van a escuelas comunes y aquí hacen terapia y reeducación. Otros son mayores de 15 años y concurren a realizar talleres de rehabilitación. El Centro también brinda orientación y apoyo a los padres con entrevistas terapéuticas, jornadas y talleres que permitan asesorar en los temas solicitados por ellos.
Para hacer posibles estos objetivos cuenta con un importante equipo de atención multidisciplinario muy comprometido con esta causa de ayuda y acompañamiento, compuesto por dieciocho personas, entre psicólogos, psicomotricistas, fisioterapeutas, psicopedagogas, educadores, un terapista ocupacional y talleristas. Otros servicios con los que cuenta el centro CERI son: chofer y camioneta para el traslado de los niños y jóvenes de modo que no discontinúen sus tratamientos. Asimismo, cuentan con servicio de Movilcor.
Al plantel de trabajo se sumó un terapista ocupacional, con formación en Tecnología Médica en la Facultad de Medicina, quien se dedica a ayudar y diagnosticar las dificultades que el joven presente en cuanto a su autonomía. Se pretende lograr una cierta independencia, que pueda cumplir con sus rutinas diarias. “Es una atención importante porque se dirige al adolescente que dejaron la etapa escolar y necesitan ayuda para ser más independientes”.
La propuesta supone trabajar en diversas áreas de atención y con otras instituciones del medio (por ejemplo, con centros educativos) que permitan aunar criterios en el proceso de rehabilitación del niño o adolescente. Otro aspecto a resaltar es el trabajo en redes y coordinaciones con diversas instituciones locales y nacionales como ser la Plaza de Deportes, la Intendencia Departamental de Rivera, la Oficina del Discapacitado, el Ministerio de Desarrollo Social, el Banco de Previsión Social, la Administración Nacional de Educación Pública, clínicas, Teletón y el Ministerio de Salud Pública.
“Para el CERI -nos decía la Lic. Moreira- es fundamental la atención personalizada, lo cual hace necesario realizar una evaluación diagnóstica adecuada. Trabajamos en tres áreas de atención que son: el área clínica, el área pedagógica y los talleres. En la primera se cumplen las funciones de evaluación, diagnóstico y rehabilitación o reeducación. Por otra parte, en el área pedagógica se atiende a alumnos que presentan dificultades de aprendizaje en forma global o en un área específica. La tercera de nuestras áreas la constituyen los talleres que pueden ser pre-ocupacionales u ocupacionales.
La profesional agradeció a su grupo de trabajo, por la responsabilidad demostrada día a día en la reeducación o rehabilitación de los niños y jóvenes que constituyen el centro de su labor. “Estamos en un trabajo vocacional, de dedicación al niño-joven con capacidad diferente. Durante estos años de estudio y de experiencias fui aprendiendo a escucharlos. Es una misión que me da satisfacción, Dar atención, brindar la posibilidad de la rehabilitación y el apoyo a estos chicos, es mi misión. Quiero estar cerca de sus familias, que sientan que esta es su casa. Es una visión de cercanía”, expresó la entrevistada.
La Lic. Moreira explicó que este programa empezó el año pasado y al realizar el seguimiento con esos pacientes se percibió su conformidad con la propuesta. Agregó que siempre se está analizando propuestas nuevas que permitan continuar cumpliendo metas. Por ejemplo, se está estudiando la viabilidad de nuevos talleres, como ser manicuría, cocina, peluquería u otros servicios.
“Formamos parte de la Comisión Honoraria de Discapacidad y se están haciendo tratativas para que los usuarios puedan ingresar al mercado laboral. El año pasado se trabajó con el MIDES en ese sentido, y se continuará en esa línea para que los jóvenes con alguna discapacidad puedan lograr mayor autonomía, saber cómo manejar el dinero y, al mismo tiempo, tengan nuevos vínculos.
ORGANIZACIÓN DEL CENTRO
El Centro Educativo y de Rehabilitación Integral de Rivera está dividido en tres áreas de atención.
1. La Unidad Técnica: es el área clínica que cumple funciones de rehabilitación, fisioterapia, motricidad, psicoterapia. Se dedica a la evaluación, diagnóstico y la rehabilitación o reeducación.
2. La Unidad Pedagógica: se dedica a la parte de aprendizaje, diagnóstico, evaluación y acompañamiento pedagógico en relación al diagnóstico. El beneficiario puede tener dificultades en lectoescritura, en razonamiento matemático. Pueden ser niños con dislexia, dislali o disortografía, concurren a escuelas comundx pero son derivados para que se les dedique un apoyo pedagógico. Puede englobar otros problemas por ejemplo vinculados al autismo o pueden ser otros problemas severos de aprendizaje. Se busca que los aprendizajes logrados no se pierdan.
3. La tercera área es la de los Talleres, que pueden ser ocupacionales o pre-ocupacionales. Algunos son talleres protegidos, es decir que son actividades que pueden realizar y que generan mayor socialización, autoestima y valores, Se busca integrarlos para que no estén solo en el ambiente familiar. En ese sentido en el CERI se trabaja con reciclado, pinturas y al fin de año se hace una exposición y venta de los trabajos. Otros talleres son los de natación. Por su parte, los talleres ocupacionales buscan generar las condiciones para que puedan ingresar al mercado de trabajo.
También se desarrollan talleres y jornadas con los familiares y clases abiertas y paseos didácticos.