Un Congreso sin resoluciones trascendentes y lo más importante aún está por decidir
El pasado fin de semana se realizó el 63º Congreso Ordinario Anual de la Organización del Fútbol del Interior en San Gregorio de Polanco.
Toda la dirigencia del fútbol del interior con las únicas ausencias de Bella Unión y San José Interior, estuvo reunida en los salones del Club Uruguay y de la Junta Local.
Una organización perfecta, nada librado al azar y una atención excepcional por parte de los polanqueños que se esperaron en cada uno de los detalles.
Todos fueron coincidentes en afirmar que todo se lo deben a Roberto Laxalde, un ex árbitro que un día dejó el referato y comenzó su carrera como dirigente.
Hoy es el Presidente de la Liga y organizador de todo este movimiento.
Discursos con contenido pero sin posibilidades de llevar adelante las ideas de quienes están en momentos de inauguraciones, pero desaparecen cuando hay que trabajar para llevar adelante los emprendimientos.
Plenario inicial con distribución de tareas y casi inmediatamente la conformación de dos comisiones, una de ellas se fue a la Junta Local y la otra permaneció en el Club Uruguay.
Resolvimos quedarnos porque consideramos que allí se estaría definiendo los principales aspectos referidos a las reformas reglamentarias.
Primer error, ni siquiera se trataron porque pasaron a la Comisión de reglamentos y calendarios cuando considerábamos que era el momento oportuno para discutirlos porque estaban todos.
La otra Comisión, mientras tanto analizaba la Memoria y Balance Anual y la situación del ex tesorero Fernando San Juan.
El balance fue negativo, hubo déficit y todos aguardaban, con expectativa la sanción que se iba a aplicar al ex tesorero.
Segundo error, el Balance, como la Memoria, fueron aprobadas por unanimidad sin consideración alguna, y la sanción a Fernando San Juan fue confirmada con un “tirón de orejas” al ex Presidente Néstor Cabana como responsable directo de la función del tesorero.
En definitiva, fue un Congreso intrascendente y las resoluciones importantes que se debieron haber tomado, quedaron para mejor oportunidad.