Rivera, lunes 25 de noviembre de 2024

“No vengo a destruir tradiciones y sí a generar un nuevo comienzo” (1ª parte)

Un final de semana lleno de controversias, discusiones, entusiasmo y desazón. Todo eso lo vivieron los hinchas del viejo Fronteras que poco a poco se ha ido modificando como cuando se transformó de un equipo de fútbol en una institución social y deportiva y la primera fusión para pasar a ser el Frontera Rivera Chico.
Todo ha sido muy rápido en el tiempo, pero hubo situaciones puntuales que lo llevaron a ser el equipo de mejor puntuación en una Copa de Clubes Campeones siendo el vice campeón y con ello haber podido jugar una Liguilla Pre Libertadores. Dos años después el ingreso al profesionalismo por la puerta de la Divisional B y una rica experiencia que no pudo capitalizarse porque en el 1997 se descendió en una triste jornada en la cancha “del Basáñez”.
Allí mismo nacía otro cambio que los rojos supieron asimilar, porque llegó acompañada de la mayor gloria alcanzada, porque al año siguiente se compitió con los mismos colores, la misma gente, el mismo entusiasmo de la hinchada en el mismo certamen, pero con el nombre de Frontera Rivera, y se lograba por primera vez en la historia del fútbol uruguayo, un ascenso deportivo de un equipo del interior a Primera División, a lo máximo del fútbol celeste.
Dos años en Primera y la posibilidad de ver a los mejores jugadores en nuestro estadio, pero vino una interpretación reglamentaria que nunca la interpretamos y tuvo que jugar un repechaje, no previsto, ante el tercero de la B por la permanencia. Hubo de todo para que Frontera Rivera no quedara y nunca nadie podrá discutir la inentendible expulsión de Walter Guglielmone en el Parque Viera para dejar a Frontera Rivera sin su goleador para la revancha. A pesar del empate en Montevideo todos sabíamos que en nuestro estadio se iba a ser lo imposible por “tirarnos al costado” y así fue.
Dudas y deudas hicieron que los rojos de Cuaró, transformados definitivamente en Frontera Rivera, quedaran por el camino luego de aquel partido en diciembre del 2000. Pero los rojos de la Cuaró volvieron al fútbol local, a ser el Frontera Rivera Chico, y generó nuevas disputas, nuevos hinchas, pero el mismo entusiasmo hasta que se comenzaba a hablar de volver.
Pues bien, el pasado fin de semana se concretó en realidad el sueño largo de 23 años y pico y los jugadores del plantel de aquel entonces aceptaron condiciones planteadas y le dieron el espaldarazo que se necesitaba, imperiosamente para volver.
Y apareció una persona tan esperada a la que todos veían, pero sin un nombre indicado. Se llama Dr. Boris Linares, un abogado que ama el fútbol y quien un día comenzó a interesarse por el máximo deporte con sus “Renegades”.
Tuvo muchas ofertas de aquí y de afuera, pero en principio resolvió venir a invertir a Uruguay. Un día llegó al Estadio Atilio Paiva Olivera y quedó maravillado y supo que de aquí no iba a salir a pesar de todas las dificultades que ofrecía este emprendimiento, que comenzaba con una gran deuda.
Supo granjearse el crédito que le otorgó la Intendencia Departamental y el mismísimo Juan Ramón Carrasco, querido y odiado, pero frontal.
Firmaron todo en la AUF y se vinieron a Rivera a tratar de unir a la hinchada roja y tratar de volver a ser la misma que el 8 de noviembre del ‘98 estaba en el Parque Viera alentando al equipo en el momento más importante desde el punto de vista deportivo que haya vivido una institución chacarera.
Estaba todo el plantel principal en el Estadio y de frente a la prensa para que esta tuviera el trabajo de trascender la información. Vimos y oímos a todos los actores, desde los incansables Robertos (Valdivieso y Araújo), hasta el propio Intendente, desde el Dr. Boris a Juan Ramón Carrasco.
Tuvimos la suerte de poder ver a través de un programa deportivo (Juego Sagrado) que el Dr. Boris respondió todas las inquietudes de los riverenses, especialmente los de Cuaró, a través de las preguntas de Alexis Reyes y Elena Notejane, transformados en portavoces de todos nosotros, y conocimos por dentro la idea, el objetivo y el alcance de sus pretensiones.
Llegaron frases interesantes, importantes y de hondo contenido que seguramente serán motivo de nuevas notas y muchos comentarios. Pero en este primer capítulo nos vamos a quedar con un par de ellas, agradeciendo la gentileza de Reyes y Notejane, que autorizaron su publicación, porque es de una ética que muchos hablan pero que no la practican, que hay que señalar el autor de la nota que se genera sin pasar por encima de quien tuvo mucho trabajo para lograrla.
“Voy a ir a la Liga a hablar con todos los clubes e invitarlos a hacer parte de este proceso”.
“Estamos para ser parte de la comunidad”.
“Vamos a trabajar duro para que la gente de Frontera sienta orgullo y que diga: este es mi equipo”.
Pero a pesar de las opiniones contrarias en cuanto a muchos temas, especialmente cuando los hinchas conocieron el nuevo escudo de los rojos de Cuaró, me quedo con una frase final de esta primera entrega y fue cuando dijo:
“No vengo a destruir tradiciones. Lo que vengo a hacer es darle un nuevo comienzo, sin importarme los errores del pasado”.

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