Nadie nos va a quitar la ilusión de estar entre los mejores del interior
Las selecciones celestes van a la cancha a partir de hoy a buscar lo de siempre, la posibilidad de estar entre los mejores del interior y, si se puede, lograr el título.
Quedan atrás los problemas, las comparaciones odiosas y los detalles que poco aportan.
A los que recuerdan que el año pasado se comenzó con cuarenta y cinco días de preparación, que se jugaron tres partidos amistosos antes del comienzo del certamen, nos permitimos recordarles que una de las mejores selecciones que vimos jugar en los últimos años y que logró el vice campeonato, comenzó con apenas diez días de preparación.
Pero claro, eran otros tiempos, hace ya once años, con un técnico que conocía de memoria al plantel y un grupo de jugadores que estaba consustanciado con la camiseta celeste.
Hoy comenzamos con quince días pero por imperio de las consecuencias y no de las resoluciones adoptadas.
Un campeonato Rivera que se extendió mucho más de lo previsible, una final jugada cuarenta y ocho horas antes de “la llegada de Papá Noel” y una elección de autoridades realizada en noviembre cuando debió haberse realizado en abril.
Pero a partir de hoy nada de eso importa. Lo que se debe hacer es apoyar a estos jugadores que son los que quisieron vestir la camiseta celeste, los que no interpusieron otros aspectos que siempre tienen que ver con lo económico.
La celeste sale a la cancha con la misma ilusión de los mejores. Este grupo de jugadores deben contar con el apoyo de quienes les gusta el fútbol y de los buenos riverenses, que entienden que a estos nos les interesó la parte económica y que enfrentan el desafío con orgullo y pundonor.
Todos al estadio. La celeste nos necesita a todos, alentando y colaborando para que todo funcione de la mejor manera.
Los resultados corren por vía separada y dependen de otras circunstancias que no tienen que ver solamente con lo nuestro, con el trabajo realizado o con los jugadores y técnicos que están en esta oportunidad.
Hoy nadie nos quita la ilusión de pensar que podremos estar entre los mejores del interior.