El conferencista relató parte de su vida, ya que cuando ejercía como periodista recorrió el mundo entrevistando a personajes célebres. Es políglota y domina seis idiomas desde muy temprana edad. A los 12 años fue ganador de un Concurso de Cultura en la Argentina. El dinero que recibió lo ayudó en sus estudios, pero este estilo de vida no le convenció y luego de momentos de reflexión decidió cambiarlo, conociendo y conviviendo con seres de luz y sabiduría, como la Madre Teresa de Calcuta, el Papa Juan Pablo II, el Dalai Lama, Sathya Sai Baba, Deepak Chopra o Paulo Coelho, entre otros. Con ellos aprendió lo bueno para luego transmitirlo a la gente y ayudarla a vivir mejor, ser un difusor espiritual, dijo.
Ha escrito quince libros y brinda conferencias, como la del pasado viernes, en distintas partes del planeta. Está ligado a la ciudad de Rivera, ya que su hijo es novio de una joven hija de un profesional riverense: el Dr. Eric Quevedo. Los dos jóvenes son médicos recibidos en Uruguay.
Entrevistó al Papa Juan Pablo II, viajó a la India a conocer a Sathya Sai Baba y entrevistó a la Madre Teresa de Calcuta. De estas experiencias surgen dos libros “Madre Teresa Amor en Acción” y “La Ciudad del Amor”, sobre su experiencia en Prashanti Nilayam, la ciudad de Sai Baba. En 2010 el canal argentino C5N lo convocó para conducir su propio programa sobre espiritualidad. Desde ese año hasta la actualidad está al frente de “Hacete cargo”. También desde ese año escribe una columna de espiritualidad en Infobae.com.
Dijo que “Dios es Dios para todos”, aunque muchos no crean en él. Lo que se debe aprender en la vida antes que todo es respirar y amar para ser libre y feliz. Basta saber quienes somos. Debemos manejar al mundo y no permitir que este nos maneje. Manejar nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestros pensamientos. Estos debemos tenerlos elevados, acotó.
“La vida después de que abandonamos el cuerpo continúa -señaló-, porque el alma usa al cuerpo mientras estamos en la tierra. Aquí podemos ser libres, sin ser esclavos de nuestra mente. Para ser libres, debemos no repetir los mismos esquemas que impiden ser feliz. Aprender a meditar y luego pasar a la acción. Somos nuestro septenio, o sea lo que vivimos durante nuestros primeros 7 años de vida, lo que nos enseñaron e inculcaron en ese tiempo. Esa enseñanza queda registrada en una glándula: el hipotálamo”, agregó.
Reiteró muchas veces que tenemos que saber quiénes somos, agradecer por vivir, respirar, amar y manejar nuestra conciencia en estado puro. Ser solidarios, generar una energía sana y modificar nuestro septenio. Expresó una frase de la Madre Teresa de Calcuta: “El 97% de la gente se muere sin haber vivido”, ya que solo viven, trabajan, vegetan sin cumplir sus verdaderos deseos de ser ellos mismos. Por ello se debe quebrar el estancamiento generacional, criar a sus hijos en forma diferente a lo que fueron criados, dijo.
“No podemos ser esclavos de nuestras emociones, ni depender de lo sucede en el exterior. Por ejemplo: ‘¿Por qué no me llaman? ¿Será que me perdonó?’. Eso nos quita ser nosotros y vivir nuestra vida. No ser lo que la otra persona ve de nosotros, tampoco ser lo que creíamos que éramos. ‘Yo soy lo que yo soy’, lo que antes no nos atrevíamos a creer que éramos. Se debe entender la personalidad y no permitir que ella maneje nuestras vidas, y si que ella se incline ante nosotros. Somos los protagonistas de nuestra historia, no el actor de reparto en la vida de los demás”, enfatizó.
Agregó que “Para cambiar de vida, debemos cambiar nuestro sistema de ahora. Cambiar nuestras relaciones enfermizas, dependientes, sacarnos los conflictos, los miedos, los complejos… Cuando nada del mundo exterior nos importe, recién sabremos quienes somos en esta vida. Para eso debemos meditar y ahí sabremos que “Yo Soy”, que es un estado de conciencia que permite vivir en un estado de amor, salud, abundancia”.
“Nadie podrá hacernos felices hasta que nosotros sepamos quienes somos. Debemos mantener el humor al tratar a los demás, ya que éste genera endorfinas que son las hormonas de la felicidad, te elevan el sistema inmunológico, que la mente se abra para que seamos libres. Cambiar las limitaciones vividas hasta el momento, no aceptar nuestros límites mentales. Estamos en el mundo pero no le pertenecemos”, dijo.
Señaló que el mendigo emocional depende de lo que hace la otra persona, por eso hay que liberarse de esa situación. “Debemos convivir con alguien que nos valore y nos tenga siempre presentes. Debemos ser valientes en tomar decisiones que nos liberen, conocernos y convivir con nosotros mismos y con los que tienen nuestras mismas vibraciones. Amar sin esperar que nos retribuyan, amar por amar, en forma incondicional, dándole elementos para que la otra persona mejore”, expresó.
CONSEJOS PARA COMENZAR NUEVA VIDA
Claudio María Domínguez se refirió a la forma que se toma para comenzar una nueva vida siendo uno mismo. “Debemos olvidar todo lo aprendido por imposición, liberarnos de prejuicios y comenzar a ser uno mismo”, agregó. Citó como ejemplo una madre que le pide perdón a su hijo por todo lo que le enseñó en la vida, y que fue producto de lo aprendido a su vez por sus padres. Lo hizo con buenas intenciones, pedirle a los hijos que cambien y sean ellos.
“También tenemos que limitar nuestro ego, no alabar nuestros conocimientos y lo que somos. Ser una buena persona ayudando, amando, conociéndonos, recibiéndonos de seres humanos. Aprender a respirar Dios, a conocerlo, ser su amigo, creer en nosotros mismos, no aferrarse a que las religiones nos salvan ya que muchos que van a las Iglesias, rezan y continúan con temor a la muerte y siguen con sus conflictos cuando llegan a la casa. Tenemos que creer que somos seres divinos viviendo una vida divina a nuestro alrededor. Saber creer en uno mismo, olvidar nuestros odios, rencores, confiar en nuestro poder interno y en nuestras fuerzas”, dijo.
VACIAMIENTO DEL EGO
También explicó como se vacía el ego. “Este -dijo- no se vacía del todo. No se lo puede matar ya que él nos acompaña hasta la muerte. Sí debemos debilitarlo llevándolo a un nivel de instrumento de trabajo. Al vaciarlo, se fortalece la esencia y cambiaremos de vida para mejor. El ego es como un gallo de riña, en que mata primero el que es genéticamente más fuerte”.
“Cuando no se reaccione más a la mirada del mundo, estaremos vaciando el ego. Todo lo que los demás vean en mí no es lo que soy. No tenemos la necesidad de reaccionar frente a los demás. Tenemos que practicar el vaciamiento del ego, disolver toda la materia tensa y compacta de la mente, para convertirse en una nada. Ahí podremos ser invencibles de por vida, sin vernos afectados por lo exterior”., enfatizó.
Luego de la larga conferencia, se pasaron a realizar ejercicios de meditación para relajarse, controlar nuestras emociones, nuestros pensamientos, llenarnos de luz, sacarnos nuestros pensamientos negativos, ser el “Yo Soy”.