Rivera está sobre el Acuífero Guaraní, una de las reservas de agua dulce más importante del mundo. Como paradoja, en la superficie, justo donde aflora el acuífero, hay dificultades con el suministro de agua potable. Está situación es la deseable en otras partes del mundo donde el agua es muy escasa. Allí, en esos lugares, no se entiende como se produce tanto desperdicio acá en Rivera y, menos entienden, las quejas donde abunda el agua.
Lentamente, ajustado a los tiempos que marcan las necesidades de grande inversiones, OSE invierte lo que le permiten sus posibilidades para cambiar la situación. En sus planes ocupa un lugar preponderante la obra conocida como “Mega Recalque”. Además del traslado de agua a los tanques elevados, “implica tanques nuevos, bombeo y una serie de obras adicionales para solucionar el problema endémico que tiene Rivera, que depende de perforaciones que están en el entorno del Parque Gran Bretaña”, dijo el vicepresidente de OSE, Daoiz Uriarte.
Previo a la presentación de los planes 2013, Uriarte habló con vecinos que le plantearon la situación en sus respectivos barrios, a cada uno de ellos les dio respuesta a sus inquietudes. Los vecinos se retiraron satisfechos, aunque conscientes de que no todo quedaba resuelto.
Uriarte les habló de la topografía, de los cerros, de las bajadas. De la preocupación permanente, dado que el abastecimiento en los periodos estivales es complejo y algunas veces no atiende la totalidad de la demanda. “Con esta obra -dijo- estamos hablando de una inversión de más de siete millones de dólares. Cuando la terminemos vamos a tener capacidad para darle presión a toda la ciudad. Unido a esto, a perforaciones adicionales, pensamos que se va a solucionar casi al 100% el abastecimiento a la población”.
Si bien no se pone en duda las afirmaciones del vicepresidente de OSE, también es cierto que hay rupturas por donde se pierde una cantidad importante de agua. Muchos lo llaman desperdicio, perdemos lo que, seguramente, nos va a faltar dentro de algunas décadas. No es fácil cambiar la situación.
“Nosotros tenemos algunos problemas y algunas dificultades básicas en el norte del país”, asegura Daoiz Uriarte. Señala la falta de plantas de asfalto como uno de los problemas para arreglar veredas, calles, donde OSE tendió sus tuberías hace varias décadas y tiene que reparar rupturas. También remarcó el crecimiento del país, el movimiento que se ha incrementado “lo cual es muy bueno para el país, pero la infraestructura de OSE no está preparada para este movimiento. Y contamos con tuberías de mucha antigüedad”.
El costo de esta sustitución de tuberías es elevado, Uriarte puso como ejemplo los treinta kilómetros que cambiaron en la ciudad vieja en Montevideo. “Costó seis millones de dólares”, dijo Daoiz Uriarte. Agregó que el problema de rupturas o desperdicio de agua no lo tiene solo Rivera, lo tiene todo el país.
En el momento se formó una comisión en el Congreso de Intendentes, donde se procura resolver el problema. Las intendencias pasarían a ser algo así como socios de OSE. Se encargarían de la reparación de las veredas de las calles cuando se deba perforar en procura del caño roto para reparar. Claro, las intendencias cobrarían por este trabajo y OSE está dispuesta a pagar pero hay que acordar un precio común en todos los departamentos.
El saneamiento es otro de los problemas pendientes. El vicepresidente tiene una propuesta: “Ya es obligatorio que los vecinos se conecten cuando las redes de saneamiento pasen frente a sus domicilio. OSE ofrecerá muy buena financiación; incluso en casos especiales se podrá subsidiar parte o todo el costo de la conexión”.
Uriarte subrayó algo muy importante a tener en cuenta: conectar al saneamiento el desagüe de pluviales es delito, está penado por ley y se va a ser muy rígido cuando se lo detecte.