Eduardo Balsemao: Un hombre que lucha por mejorar su salud y calidad de vida

(Por Rosa Dutra) Eduardo Balsemao es un riverense que llevaba una vida normal; estudió, trabajó, vivió. Pero luego la diabetes ingresó en su vida y fue ahí que comenzaron los problemas, hasta que por esa causa perdió la visión.
A pesar de ello no perdió las esperanzas en recuperar la visión. Visitó médicos y pasó por cirugías, hasta que un amigo le aconsejó que se operara en Buenos Aires, algo que logró con la colaboración de muchísima gente riverense, que al enterarse de su problema no dudó en ayudar.
Balsemao, que fue vivió en la zona donde está ubicada la Administración de NORTE, llegó ayer hasta nuestra Redacción para contarnos su historia. Nos dijo que “debido al tema de la diabetes”, contrajo una enfermedad en la vista que se llama retinopatía diabética, enfermedad que se da en la retina y produce el desprendimiento de la misma. Esto lo descubrió muy tarde y comenzó a perder la visión. “Cuando decidí visitar al médico estaba con mis dos ojos muy comprometidos”, señaló.
A partir de ahí comenzaron a realizarle operaciones, que fueron un total de cuatro. Antes de esta última, quien lo atendió siempre fue el Dr. Gustavo Barboza, a quien -dijo- le será “eternamente agradecido”. Cuando tiene un problema Gustavo siempre le abre sus puertas y lo atiende.
El entrevistado nos manifestó que siempre el Dr. Barboza le dijo la verdad, que su problema era muy complicado y delicado, y que para solucionarlo tendría que ir a Estados Unidos, algo que por el elevado costo de la operación no pudo hacerlo.
Entonces decidieron “arriesgar la vista derecha en Uruguay con la primera operación, que no fue exitosa porque se complicaron otras cosas y la perdí. Se salvó la izquierda, que ya lleva cuatro operaciones, contando esta última realizada en Buenos Aires”.
Expresó que “el ojo está vivo, pero no puedo ver aún. En Montevideo me operaron y pegaron la retina que luego se desprendió varias veces. Así pasaron varios años hasta que un día Barboza me dijo que nuevamente debería operarme”.
Pero sucedió que el año pasado, el amigo Jorge Romero, lo invitó a ir a Buenos Aires a visitar al médico que lo atiende. Decidió primero consultar con Gustavo para que le diera su opinión y él le aconsejó que fuera, y en el mes de diciembre de 2016 partieron hacia el vecino país.
Al realizar la consulta, el médico argentino le dijo que la operación consistiría en abrirle la pupila, la cual estaba muy cerrada y no permitía la entrada de luz a la retina.
Luego de la consulta retornó a Rivera y los primeros días de enero de 2017, consultó nuevamente con Barboza, quien le dio fuerza para que se operara. Como relativamente esta operación resultaba cara, sus amigos comenzaron una campaña para recolectar dinero y que así pudiese operarse.
“La colaboración de la población fue muy grande. Se abrió una cuenta y se recolectaron donaciones personales, y de instituciones del medio, como el Club de Leones Rivera Chico, quien entregó una suma muy importante”, recordó Balsemao.
Aprovechó la oportunidad de la entrevista para hacer público su agradecimiento “a toda esa gente que de una forma u otra colaboró”. No quiso citar nombres porque temía olvidarse de alguno y ser injusto. Nos manifestó que será “eternamente agradecido a todos, desde aquel que donó una moneda hasta aquel que colaboró con más”.
Recordó un día que fue al Estadio porque jugaba la selección riverense, y con un amigo pusieron una cajita y recibieron mucha colaboración, aproximadamente 250 dólares. Reiteró que “la gente se portó muy bien” con él y que esta “es una ciudad muy solidaria”.
La última operación se le realizó el día 16 de mayo de este año. Aún espera el resultado ya que el proceso es lento. En ella le sacaron la lentilla que tenía para limpiarla, le abrieron la pupila y descubrieron que tenía “una ventanita” en la retina, que a través de ella podía recuperar la visión del ojo izquierdo.
Contó que las personas en la calle le preguntan con impaciencia como se siente y si notó algún resultado, pero él les aclara que el tema de la visión es algo muy delicado y lleva su tiempo de cicatrización, aunque la operación fue todo un éxito.
“Lo que resta es esperar a que la luz comience a entrar al ojo y luego sí comprobar el resultado, que reacción tendrá la retina para recibir la luz que entra a ese ojo, ya que parte de la retina está dañada. El plazo que me fijó el doctor es de seis meses”, aclaró.
A finales del mes de julio, Balsemao regresará a Buenos Aires para realizarse una revisión de esa cirugía. Nuestro entrevistado fue intervenido por el Dr. Cristian Dodds, en la Clínica “Consultores Oftalmológicos”, ubicada en calle Montevideo Nº 1410 de la ciudad de Buenos Aires.

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