En la Media Hora Previa de la sesión de la Cámara de Senadores, Tabaré Viera realizó una exposición sobre la faena y abastecimiento de carne en pequeñas localidades del interior.
En su discurso Viera, expresó: “Señor presidente: vamos a hablar sobre una realidad que conocemos particularmente bien en nuestro departamento de Rivera, pero que sabemos que también está teniendo lugar en el interior profundo de todo el país. Nos referimos, concretamente, a la faena y al abastecimiento de carne.
Hace apenas unos días, en la ciudad de Tranqueras, participamos junto con nuestros representantes en una reunión de la Comisión Local de Convivencia y Participación Ciudadana, promovida por el alcalde reelecto, el señor Milton Gomes, donde se planteó, con toda crudeza, una realidad que está viviendo la población, los pequeños productores rurales y los comerciantes de productos cárnicos. En esa reunión, a la que concurrieron representantes de Paso Lapuente, Cerro Pelado, Minas de Corrales, Vichadero, Tranqueras y otros pequeños poblados, se trató el tema del cierre de los pequeños abastos de esas localidades del departamento de Rivera, aunque sabemos que eso también ocurre -reitero- en otros lugares del país.
Hace un tiempo que la política del Gobierno, del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y del INAC es la de exigir categorías muy altas, con grandes inversiones, para habilitar faenas en el país que, incluso, deben tener una calidad casi de exportación. Esto comenzó hace ya una década. En su oportunidad, siendo intendente de Rivera, lo conversamos con el entonces ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca -el ahora senador Agazzi-, cuando se produjo la clausura del viejo abasto de la ciudad capital de Rivera. Este es de los pocos departamentos que no tiene un frigorífico, porque hasta hace poco tiempo existía una norma en el país que establecía que no se podían instalar frigoríficos a 50 kilómetros de la frontera. Por lo tanto, Rivera siempre se abasteció de un matadero municipal, que tenía carencias, que contaba con una habilitación precaria y que, de acuerdo con los crecientes requerimientos técnicos, debía hacer una fortísima inversión. Ese matadero fue clausurado y, por esas mismas exigencias y pese a que existe, incluso, una licitación adjudicada, hasta ahora no hemos logrado reabrirlo ya que tampoco el proyecto ganador resultó suficiente para aprobarlo.
Ahora bien; esto ocurre en localidades muy pequeñas y en las que los perjuicios son múltiples. A localidades chicas no llega la distribución de frigoríficos y, por lo tanto, empieza a escasear el producto para el consumo. Esto lleva inexorablemente a un incremento de la faena clandestina y a todo lo que tiene que ver, incluso, con la aparición del abigeato. Ni que hablar de las situaciones de falta de higiene en las que se producen esas faenas clandestinas y, además, del encarecimiento del producto.
Entonces, los perjuicios para la población en ese interior profundo, en pequeñas localidades como Paso Lapuente, Las Flores y tantas otras de doscientos, trescientos o quinientos habitantes -que hay en todos los departamentos- es enorme, porque allí no llega la distribución de carne de frigorífico.
Evidentemente y atendiendo a esa realidad, creo que el país, el ministerio correspondiente, debería establecer algún tipo de matadero tipo para el abastecimiento local y autorizar, por lo menos, una o dos plantas de faena que permitan el abastecimiento en condiciones de buena higiene y calidad y, a su vez, faciliten a los pequeños productores comercializar una o dos vacas gordas que a veces tienen y no pueden vender, a los efectos de que la población, los consumidores, puedan acceder a este producto vital, en buenas condiciones.
Nos parece que, a veces, lo excelente es enemigo de lo bueno, y que apuntar a las grandes exigencias internacionales como país exportador de carne lleva a perjudicar, en muchas ocasiones, a los más débiles de nuestra población”, concluyó.