Panorama partidario: El mapa político riverense

(Por Ariel Rodríguez) De pronto a modo de cierre, de una serie de artículos que iniciáramos sobre fines de 2008, que compartiéramos con los lectores con determinada periodicidad, según la cercanía de los diferentes actos eleccionarios, vamos a intentar repasar cual es la situación del mapa político riverense finalizado este larguísimo proceso.
Viene bien destacar, como ya lo hemos manifestado en estas mismas páginas, que a pesar de lo largo del proceso electoral, entendemos que la independencia de las elecciones municipales se trata de un importante logro, plasmado en la reforma constitucional de 1996 que debiéramos conservar y mejorar aún más.
Alejarlas aún más en el tiempo como lo ha propuesto algún legislador podría ser una buena solución desde nuestro punto de vista. No coincidimos con quienes quieren unificar una vez más, ambas elecciones.
¿Que ocurrió entonces entre elecciones internas, nacionales y departamentales? En las dos primeras vota bien el Partido Nacional, el Frente Amplio se le acerca en octubre, con un Partido Colorado disminuido, que a fuerza de la figura de Tabaré Viera logra la tercera banca por Rivera a la Cámara de Diputados y que a influjo de una buena votación en lo nacional termina por lograr el senado para el ex Intendente riverense.
Decíamos por entonces que se trató de una elección rara en donde de cierta manera todos ganaron. Se mantuvieron las tres bancas; el Frente Amplio creció; Tabaré Viera fue electo senador y el Partido Nacional obtuvo una ventaja considerable.
Tomando en cuenta aquella situación, los Blancos eran favoritos para mayo y en todo caso su competidor sería el Frente Amplio, máxime considerando los serios problemas internos en la mayoría del Partido Colorado.
La lección queda clara, la ciudadanía no se ata más a partidos y quienes en octubre habían votado a Blancos o Frente Amplio, no se sentían para nada atados a esas colectividades.
El accidente de Jorge Romero, las cicatrices no cerradas de heridas del pasado, falta de convicción en el discurso, fueron sólo algunos de los elementos que fueron mermando el peso nacionalista.
Por su parte el Frente Amplio mejoraba muchos aspectos de su estrategia electoral. Se mostraba unido y, claro, aprovechaba la buena racha nacional, sin embargo pagó caro un error histórico en lo local y parecería que ello se repitió en varios departamentos, no ha sabido generar liderazgos claros y eso diluye la propuesta, por buena que ella sea.
Por otra parte para ambos se hacía difícil la crítica al Partido Colorado, concientes de una buena gestión de Tabaré Viera, más allá de insinuaciones que de pronto más que aportar restan.
Por su parte la 2000, liderada por Tabaré Viera se jugó a la gestión, a la imagen de Marne Osorio que es buena, a quien sus rivales de turno no tenían mucho que criticar.
Figura apreciada y de buena relación con todos los sectores y por detrás o a su costado jugó fuerte y claro con el liderazgo de Tabaré Viera y la receta le funcionó al punto de lograr una victoria histórica.
¿Qué queda para unos y otros? Para el Partido Nacional el sabor amargo de veinte años sin lograr la intendencia. De no haber entendido que los desencuentros domésticos no le interesan al ciudadano, que muy por el contrario los repudia.
Nobleza obliga reconocer un gran esfuerzo de muchos dirigentes, para disimular esas asperezas, pero es evidente que no fue posible, al punto tal que muchos dirigentes prefirieron dar su apoyo al Partido Colorado, antes que permitir la victoria de uno de los candidatos.
Es indudable que de los tres partidos mayoritarios es el que sale mal herido, con un claro desafío para recomponer filas y está en sus dirigentes esa inmensa responsabilidad.
Gerardo Amarilla, como Diputado, desde la emblemática lista 15 seguramente será uno de los grandes responsables de emprender ese camino.
Resta saber por otro lado cual será el camino que tomará Jorge Romero, cuya ausencia también pesó en este resultado, pero quien además se encuentra con una lista 2 totalmente disminuida, más allá del esfuerzo de Henry Ramos.
El lento alejamiento de Don Martín Padern de la vida política activa y lo que fuera la situación generada con varios de sus ediles, jugaron claramente en contra de la 17.
Augusto Cal con treinta años aún tiene mucho camino por recorrer, pero indudablemente deberá corregir algunas de sus posiciones para escalar.
En el Partido Colorado todo es euforia, aunque deberá tomar recaudo de algunos aspectos, ya que corre el serio riesgo de quedarse con un único sector como protagonista y eso puede perjudicarlo en el futuro. Lo de la lista 2000 ya lo analizamos.
Respecto a la 29 de Guido Machado, si bien puede haber sido duro el revés, sus dirigentes y adherentes debieran tener en cuenta el corto período de campaña que tuvieron. Al fin de cuentas dos ediles no es poca cosa.
La 123 indudablemente deberá renovar sus cuadros y generar nuevas expectativas, tuvo una muy mala votación.
En el Frente Amplio lo ya dicho en cuanto a una clara ausencia de liderazgos que asomen por encima de los sectores. Ninguno de los tres candidatos logró tener esa virtud, con la salvedad que el Dr. Cairello supo aprovechar mejor como un dirigente de peso, su relación con el gobierno nacional, presentando propuestas de interés.
Vale la pena destacar la propuesta seria, desprovista de ansias de poder, que presentara el candidato del Partido Independiente, Arq. Leonidas Bayo.
En definitiva, un panorama partidario que parecería a llegado a un punto de inflexión en lo local, por cuanto seguramente se darán algunos necesarios retiros para dejar lugar a savia nueva, en todos los sectores y por que además otros, como el caso de Tabaré Viera toman vuelo nacional.
Marne Osorio, Richard Sander, Gerardo Amarilla o Fabián Fontoura, en el Partido Colorado, Nacional y Frente Amplio respectivamente aparecen como algunas de esas caras visibles.

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