Una de las prioridades del presidente electo de Uruguay, José Mujica, es poner fin al bloqueo de más de tres años que realizan ambientalistas argentinos en un puente binacional, máxima expresión de la tensión actual de las relaciones entre ambos países.
El domingo, poco antes de que las urnas lo catapultaran a la primera magistratura, Mujica se reunió con el embajador de Buenos Aires en Montevideo, Hernán Patiño Mayer, “y diputados argentinos que habían pedido la entrevista”, dijo el propio diplomático.
“La agenda fue amplia y cordial”, agregó Patiño, quien se negó a especificar si su gobierno adelantaba algún tipo de negociación con Mujica.
“El primer plan de ruta es el silencio”, afirmó el titular de la legación argentina y agregó: “lo mejor que podemos hacer es seguir negociando en silencio”.
Las relaciones entre ambos países se tensaron mucho en los últimos años debido a la instalación de una planta de celulosa de la finlandesa Botnia sobre el limítrofe Río Uruguay, a la que Argentina acusa de contaminante. El conflicto llevó a Argentina a presentar una demanda ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que se apresta a emitir un fallo a principios de 2010.
También llevó a que ambientalistas argentinos de Gualeguaychú bloquearan el puente que une a esa ciudad argentina con Fray Bentos, donde se emplaza la pastera.
“Por eso estamos empantanados con un pueblo que adoramos”, dijo Mujica a la prensa extranjera que cubrió el balotaje del domingo, en el que se impuso frente al ex presidente Luis Lacalle.
Afirmó que Uruguay necesita inversiones, y con Botnia, “como país, bien o mal, nos habíamos comprometido”, por lo que “si (…) no nos manteníamos firmes íbamos a dar la señal al mundo de que éramos una república bananera”.
“Y es una ley de la política: nunca pidas lo que no te pueden dar”, afirmó.
Dijo que “debemos insistir en el libre tránsito” de bienes y personas por la frontera, “pero tenemos tiempo, y paciencia”.
“A la corta o a la larga”, Argentina va a tener que industrializar su madera “y va a tener que hacer fábricas de este tipo, como las hizo Brasil”, dijo.
“Entonces se va a ver la realidad. Ahora, cuánto tiempo lleva eso, no sé”, agregó, y bromeó con que “compraremos mucha yerba y nos sentaremos en el puente a tomar mate”.
Mujica instó a “aislar el problema” del bloqueo del puente, a “no dar manija” para evitar “complicar” las relaciones con Argentina, que son “una cosa estratégica para el Uruguay”.
“Si lo podemos solucionar, bellísimo, pero tratamos de que eso quede ahí y no multiplicarlo”, agregó.
Las relaciones entre ambos países han pasado por mejores y peores momentos a lo largo de la historia, pero en general, a nivel de gobiernos, han sido bastante tormentosas.
Pero Mujica tiene una excelente relación personal con la presidenta argentina Cristina Fernández y su esposo Néstor Kirchner.
Los visitó durante la campaña, y en agosto del año pasado, cuando aún no era candidato, en momentos de tensión entre el gobierno argentino y el del presidente uruguayo Tabaré Vázquez.
“Soy simplemente el Pepe Mujica, el senador más votado de este país, con la libertad suficiente como para tratar de tener por lo menos relaciones con Argentina, que es bastante determinante para Uruguay”, dijo entonces y exhortó a hacer todo lo posible “para mejorar” los lazos con el vecino.
Mujica también levantó polvareda cuando calificó en el libro “Pepe Coloquios”, de Alfredo García, a los argentinos de “burros” e “irracionales”, y a los peronistas de “patoteros”.