“Sr. Presidente, señores Ediles, el viernes próximo pasado, recibió sepultura en el cementerio de la familia en Paso Manuel Díaz, los restos de quien fuera en Vida, Luis Eduardo Aloy.
Un jovencito de apenas 18 años de edad, que salió de esa localidad con destino a Montevideo, con el sueño de un día volver al pago y entregar a sus padres el titulo de Mecánico Naval.
Titulo este que le fue truncado por una bala que perforó sus pulmones, en momentos que para solventar sus estudios trabajaba en un pequeño almacén en la Villa del Cerro en la capital del país.
País este que de ser la Suiza de América donde reinaba la paz, la bonanza, la felicidad, las buenas costumbres, etc., se volvió la “tierra de la inseguridad y del descreimiento.
Digo inseguridad porque en este país nos matan a los policías, nos matan a nuestros ancianos, nos matan a nuestros jovencitos, bueno, nos matan a todos y para las máximas jerarquías del gobierno esto es solo una “sensación térmica”.
Y digo descreimiento porque también la Justicia en este país esta perdiendo ese rol serio y confiable que siempre la caracterizo como una de las Justicias más dignas de América del Sur.
Y digo esto porque en mis 57 años de vida, no recuerdo haber visto a un Juez siendo interrogado o indagado por otro Juez, como paso hace pocos días en esta ciudad.
Digo descreimiento porque según los diarios capitalinos la policía montevideana aclaro el asesinato del jovencito Aloy, mediante la detención de dos menores los que se confesaron autores en la sede policial, y luego cambian la declaración en el juzgado, lo que llevo a que el magistrado actuante simplemente los derivara al INAU de donde estaban prófugos.
Sr. Presidente, señores Ediles, yo no creo que la Brigada de Homicidios con policías avezados en criminología vayan inventar pruebas con el afán de aclarar un hecho, como fue la muerte de este jovencito que por no querer abrir la reja para que los chorros entraran, lo fusilaran a sangre fría prácticamente.
Yo creo estimados Ediles que desde este órgano de gobierno mas allá de que nos competa o no, debemos de hacer fuerza para que se tome un nuevo rumbo referente a la seguridad que queremos para nuestro país y para los departamentos fronterizos, porque Rivera no escapa a esta realidad, con el agravante que acá nos roban o nos matan y pasan para el otro lado y si te he visto no me acuerdo.
Recuerdo que en el gobierno del Dr. Lacalle se presento un proyecto de ley que le daba más potestad a la policía para realizar los procedimientos y no fue aprobado por la oposición.
Se dijo la ley del “gatillo fácil”, y si mal no recuerdo, también fue cuestionada por los Ministros de la Suprema Corte de Justicia.
Cuando los invito a desde este órgano luchar por la seguridad que queremos, es consultar a nuestros vecinos y juntos con ellos presentar proyectos que nos permitan volver a vivir en la Suiza de América de ayer.
Por supuesto que nuestro ánimo no es pedir la pena de muerte, pero sí que se nos escuche sobre las ideas que desde esta Junta hemos planteado de cómo descomprimir las cárceles y como rehabilitar a los jóvenes infractores.
Los invito a presionar a nuestros diputados y nuestros senadores, para que tomen cartas en el asunto y legislen para crear leyes de seguridad que nos permitan vivir con seguridad, y si no hay respuesta del gobierno luchemos junto al pueblo y juntemos firmas para plebiscitar los proyectos.
La inseguridad llego al techo y esto no es por la “herencia maldita”, sino porque en este país los derechos humanos están por encima de los demás derecho, principalmente del derecho al trabajo, del derecho a caminar sin que lo asalten, del derecho a dejar la casa sola sin que le roben, en fin, del derecho a la vida.
Para finalizar Sr. Presidente, quiero decir que a partir de hoy la Jefatura de Policía de Rivera cuenta con un nuevo Jefe.
Hay una gran expectativa. Yo que conozco al Inspector Fagúndez les puedo decir que se trata de una muy buena persona y un excelente profesional, que posiblemente realice algunos cambios colocando en los principales cargos a los oficiales que realmente les corresponda por grado y por derecha.
Que debe de redistribuir al personal, que es de rutina cuando se cambia de Jefe, pero en cuanto a mejorar la seguridad, me quedan dudas, porque no pasa simplemente por cambiar figuras, sino por crear leyes que le den a la policía un marco jurídico adecuado para realmente ejercer la prevención y la represión del delito, y esto debería de contar con la iniciativa principalmente de las máximas autoridades del Ministerio del Interior.
Por todo lo expuesto solicito que mis palabras sean enviadas a todos los presidentes de las Comisiones vecinales, a la mesa permanente del Congreso Nacional de Ediles, a los tres Diputados por el departamento, al Senador Luís A. Heber, a la Sra. Ministra del Interior y al Honorable Directorio del Partido Nacional”.