Desafío ECO-UTE es un programa innovador involucra a dieciocho escuelas técnicas de nueve departamentos del país, donde se diseñarán y armarán automóviles eléctricos alimentado a batería, que se encontrarán en una competencia final.
Los centros educativos que participan en esta primera experiencia en el país son escuelas técnicas del CETP de los departamentos de Tacuarembó, Soriano (en la fotografía), San José, Lavalleja, Río Branco, Canelones, Montevideo, Paysandú y Colonia, además de la Fundación Los Pinos y Talleres Don Bosco.
Se trata de un proyecto que se inscribe en un programa internacional que tiene como eje la innovación tecnológica en el marco de la sustentabilidad medioambiental, y apunta a la formación de las nuevas generaciones en el desarrollo de la electro-movilidad. El objetivo es involucrar y motivar a esos futuros técnicos a trabajar sobre este nuevo paradigma de movilidad con un criterio ecológico.
El Desafío es organizado por el Automóvil Club del Uruguay y cuenta con el apoyo del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), el proyecto Movés, el Consejo de Educación Técnico Profesional (CETP-UTU), y la alianza estratégica de UTE.
La iniciativa integra el aprendizaje y el trabajo en equipo en áreas vinculadas a la ciencia, la Tecnología, Ingeniería y Matemática (STEM) y el cuidado por el medio ambiente y el desarrollo sostenible, de la mano de las generaciones de jóvenes que se forman en nuestro país. Asimismo articula actores del ámbito público y privado, posibilitando sinergias que apuestan a obtener resultados y procesos transformadores en lo socio-laboral, con énfasis en una producción más responsable y comprometida con el cambio climático.
LANZAMIENTO DE DESAFÍO ECO-UTE
Durante la actividad de lanzamiento del programa, realizada la pasada semana en la sede de UTE, participó la subsecretaria del MIEM, Olga Otegui, junto a autoridades de las instituciones organizadoras y co-auspiciantes. La jerarca destacó en dicha oportunidad que este proyecto está totalmente alineado a las políticas de la cartera que se trabajan en forma interinstitucional.
Entre los componentes más valiosos del desafío resaltó el uso de las tecnologías alternativas aplicadas a la movilidad sustentable y eléctrica y fundamentalmente el cambio cultural que se promueve. Sobre este último indicó que los procesos que demanda el proyecto apuesta a una construcción colectiva de los jóvenes en el sector transporte, donde la movilidad en general y la eficiencia energética son claves.
Asimismo, Otegui manifestó la importancia de seguir fortaleciendo proyectos que articulan no sólo los múltiples saberes y disciplinas, como en este caso, sino también, el aporte de los diferentes actores (implementadores de políticas, educativos, privados, institucionales) para lo que calificó “la innovación educativa”.