Las chicas verdiblancas quedaron en la orilla, y les faltó al menos un gol

Una situación realmente diferente fue la que vivimos ayer en el Parque “Pedro Maciel”, donde Sarandí Universitario fue “el conejito de indias” que le sirvió a la Organización del Fútbol del Interior (OFI) como un gran experiencia, la de no permitir el ingreso del público a un partido de fútbol por una sanción que fue doblemente castigada.
Primera vez en la historia que se ve una determinación de esta naturaleza, un equipo a quien sancionan cerrándole la cancha y además se le impide recaudar para enfrentar los elevados costos de participación de estos campeonatos, donde solamente la tesorería de la OFI gana dinero (y obviamente los árbitros).
Pero todo iba muy bien para las verdiblancas desde el punto de vista deportivo, porque a los seis minutos ya ganaban por uno a cero. Y, por si fuera poco, Sarandí hizo el segundo gol a los quince minutos y Nacional comenzaba a derrumbarse.
Todo trascurría de la mejor manera, a 75 minutos del final del partido ya se había hecho dos goles y restaba al menos uno para llegar a definir en los penales, pero había mucho tiempo y ya nadie pensaba siquiera en la igualdad.
Pero el tiempo comenzó a transcurrir y el ansiado gol no llegaba. Dominó Sarandí Universitario y se defendió Nacional, al punto que los minutos pasaron sin que las verdiblancas pudieran lograrlo.
Se terminó una nueva ilusión y queda la sensación que difícilmente el fútbol femenino tenga secuencia en nuestra ciudad.
No existe Consejo Femenino, que renunció en forma íntegra hace mucho tiempo, no hay competencia y -en realidad- hasta se puede decir que tanto Cuñapirú y Sarandí Universitario se inscribieron en forma irregular en este certamen y solamente fueron aceptados por el afán recaudador que tiene la Organización del Fútbol del Interior.

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