Hugo Ferreira y Walter Rodríguez participaron en un desafío de 300 kilómetros

Ciclistas de largo aliento que nada tiene que ver con la competencia, Hugo Ferreira y Walter Rodríguez acaban de participar en un nuevo desafío, en esta oportunidad, de trescientos kilómetros.
Los riverenses, inscriptos con los números 84 y 85 de una larga lista de participantes, unieron Bagé con Melo y Bagé nuevamente en dieciséis horas a pleno pedalear.
Estaban presentes pedalistas de Porto Alegre, San Paulo, zonas cercanas de Río Grande del Sur y hasta un norteamericano, un danés y un alemán que llegaron atraídos por el desafío que forma parte del Calendario Anual del Club Parisien.
Los franceses tienen una prueba de 1.200 kilómetros y para aquellos que participen, por lo menos en tres de los desafíos de esta zona, concurren a un sorteo para viajar a Paris y participar en el otro evento.
Ya hubo una prueba de 100 kilómetros que fue en Semana de Turismo y los riverenses no pudieron concurrir debido a coincidencias de horarios laborales.
Tampoco lo hicieron en la de doscientos y ahora participaron en esta tercera prueba restando la de 400 kilómetros en vacaciones de julio lo que hace prácticamente imposible que puedan concurrir y finalmente la de seiscientos kilómetros sin fecha aún.
Para Hugo Hugo Ferreira no es la primera vez puesto que ya tiene antecedentes al respecto mientras que para Walter Rodríguez, fue su debut en pruebas de largo aliento.
Incluso en más de una oportunidad, durante el trayecto, Ferreira tenía mucho más fuerza para irse adelante y esperaba por su compañero porque no se trata de una competencia y ambos salieron y llegaron juntos.
La partida desde la ciudad de Bagé fue a la hora 22:00 del pasado sábado y por el camino de Aceguá, pasando por el “camino de los quileros”, (incluso hay una advertencia a los ciclistas a que tengan cuidado con las motocicletas de los mismos), llegando a Melo y luego el retorno con llegada prevista para las 18 horas del domingo pero en realidad, los nuestros llegaron a las 14 horas.
Largaron 115 y una larga fila se extendió por caminos buenos y no tantos, por caminos vecinales sin luz en horas de la noche y solamente con el acompañamiento de los grillos y los ruidos de la noche callada.
Hubo una correctísima organización a tal punto que absolutamente anda les faltó a los deportistas durante todo el camino con puestos de hidratación y con mucha fruta para reponer energías.
En la ciudad de Melo los aguardaba un suculento desayuno para emprender el retorno repleto de energía.
Hay muchísimo interés por parte de los organizadores y hasta de los propios participantes, en realizar una prueba similar en nuestro país y las gestiones ya se han iniciado.
La “Quijotada” de Ferreira y Rodríguez merece el respeto y la consideración de los riverenses.

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