– Antes del comienzo del partido, dos integrantes de la terna arbitral fueron hasta el banco de suplentes del Wanderers y les solicitó que se fueran al otro lado.
– Resulta que justamente detrás del banco de suplentes de Lavalleja estaba el grueso de la parcialidad del Wanderers.
– Se trataba de una medida acertada del árbitro del encuentro que debió haber sido firme en su decisión.
– Los integrantes del cuerpo técnico del conjunto local se negaron al cambio porque hay quienes siguen pensando que desde allí se puede ejercer presión sobre el Asistente que corre por ese sector.
– El Wanderers dijo que no y el partido comenzó así.
– Luego sucedió lo que se presumía. A los 38 minutos del segundo tiempo, cuando el segundo gol del local, el festejo de los parciales fue agresivo contra los riverenses y no a favor de su propio equipo.
– Incluso las emisoras de radio que estaban transmitiendo el encuentro llamaban la atención al hecho expresando una y otra vez que había que desistir de la agresividad y tratar de festejar el logro conquistado.
– Hubo un renombrado comentarista artiguense, de larga trayectoria, que dijo: “les estamos dando todos los argumentos para que hablen mal de nuestra parcialidad y esto nos puede costar el cierre del estadio”.
– Pero lo anecdótico es que luego de dieciséis minutos de larga espera, ante sugerencia del veedor, el árbitro pide que se haga el cambio de los bancos de suplentes.
– Allí y rápidamente los de Wanderers se cambiaron mientras los suplentes riverenses estaban en la cancha reunidos con el resto del plantel.
– Cuando los jugadores decanos volvían a “su banco” se encontraron que estaba todo ocupado por los locales.
– Se tuvieron que ir al otro lado y por siete minutos de juego, que en realidad no fueron tantos, porque Lavalleja estuvo a punto de escapar en una pelota que llegó al área rival.
– Cuando llegó la otra y antes que bajara, el árbitro finalizó el encuentro.