– Lavalleja entrenó sin mayores inconvenientes, salvo los generados por el estado gripal de varios de sus jugadores y los intensos fríos que se han vivido en estos últimos días.
– Ya desde el lunes, los decanos volvieron a la cancha y con una importante cantidad de jugadores.
– Además, al término del entrenamiento hubo un asado de camaradería.
– El comentario de cada una de las jugadas, las ganadas, las perdidas, todo era motivo de chanza y jolgorio.
– Cosas que solamente un grupo sólidamente constituido puede hacerlo.
– Y como corolario de ello, el asado que en realidad se aprontó casi solo pero con la conducción de José Luis Díaz, y la mesa estaba servida, como todos los días.
– La carne estaba, el que había donado el asado también, el técnico y el grupo de jugadores que inició el tercer tiempo dejando solamente los huesos pelados a los pocos perros que merodeaban la zona a sabiendas que no sería mucho lo que quedaría a su disposición.
– Un clima realmente sensacional y hasta lamentamos habernos retirado porque seguimos considerando que el grupo es de ellos y que nosotros solamente apuntalamos el proyecto como debe ser cuando se trata de un equipo que a pesar de su humildad económica, resuelve representar al fútbol riverense en una instancia nacional.
– Y, como siempre, allí los dejamos, convencidos que el resultado deportivo de mañana, poco interesa pero ojalá que sea con una clasificación que permita justificar plenamente lo que vimos, aunque, realmente, no es estrictamente necesario.
