Es que debemos partir de la idea que el empate entre verdiblancos y aurinegros favoreció mucho más a Sarandí que a Peñarol.
Y es que el equipo de Alfonso Rivero llegaba como favorito, porque así lo acreditaban los antecedentes.
Se trata, en definitiva, del actual campeón y con un plantel mejorado en relación al año anterior.
Tanto era considerado de esa forma que a pesar de la buena defensa verdiblanca y algunas buenas llegadas a la última zona de Peñarol, no llamó la atención que antes de la finalización del primer tiempo, los aurinegros llegaran al gol que les iba dando el triunfo parcial, merecido.
Pero Sarandí Universitario vino para el complemento con más entusiasmo ofensivo, es que no había otra chance, tenía que arriesgar.
Se sabía que una de las grandes posibilidades podía llegar en jugada de pelota quieta, los remates de Petter Rocha se podrían transformar en la chance de encontrar el gol.
A los tres minutos, un tiro de esquina, como tantos otros, encontró, nuevamente a Jefferson Farías, detrás de la línea defensiva, en el segundo palo y el “Chico” sabe cabecear para dejar sin chance a Juan Carlos de León.
Empate, como al principio, pero igualmente parecía que los aurinegros podían llegar al triunfo.
Sin embargo no se contaba con las excelentes intervenciones de Clodorenato Silva en la valla de los verdiblancos.
Poco a poco se fue transformando en el responsable de mantener su valla invicta en esos momentos.
Hasta quedaba la clara convicción que los aurinegros, por más que ofendían una y otra vez, no iban a lograr el objetivo.
Tampoco hubo una decisión clara al respecto desde el banco porque los cambios efectuados por Peñarol no ayudaban a atacar sino a defender.
Por el contrario el verdiblanco hizo los tres cambios ofensivos y hasta tuvo posibilidades de haber llegado a la victoria utilizando el contragolpe como argumento válido para, por lo menos, intentar el gol del triunfo.
Porque Peñarol era más, con un plantel mejor entrenado, con jugadores acostumbrados a jugar juntos, y hasta porque en el partido lo intentó una y mil veces, es que Sarandí Universitario terminó festejando el empate.
