En la noche del pasado sábado, cerca de dos centenares de vecinos del “barrio ciudad” Rivera Chico celebraron con una animada fiesta-cena el reencuentro con lo que consideran “corazón”, símbolo y emblema del barrio, el sacerdote Walter Silva Godoy, quien con sus “jóvenes” 92 años no pudo evitar emocionarse ante el beso y el abrazo cariñoso de tantos hermanos del alma.
Convocados por la Comisión Vecinal presidida por Edgardo de los Santos y la ONG Cuaró representada por el Lic. Darío Chiappa, el salón principal del histórico Club Social y Deportivo Frontera Rivera Chico estuvo colmado de la alegría fraterna y la emotiva nostalgia de por lo menos cuatro generaciones de vecinos, para muchos de los cuales el Padre Silva es casi una leyenda.
Su vida y obra realizada en las décadas de 1950 y 1960 revolucionó espiritual y materialmente aquella humilde comunidad, cuyo origen se remonta a la década de 1860, con la propia fundación de la entonces villa Ceballos y luego pueblo Rivera.
Así lo testimonian no solo las obras materiales propiamente dichas, como el colegio Juana de Ibarbourou, sino la historia oral que diariamente la transmiten por los rincones del barrio, los abuelos y bisabuelos que co-protagonizaron con el entonces joven “cura gaucho”.
La fiesta se prolongó hasta las primeras horas de la madrugada del domingo. Luego de la cena servida por el joven emprendedor del barrio, “Lo de Yoyo Buffet”, los más jóvenes bailaron y compartieron el excepcional momento en la historia de Rivera Chico. Mientras tanto, el Padre Silva, requeridos por todos, y con una permanente sonrisa, compartió una prolongada sesión de fotografías.
Rivera Chico celebró el reencuentro en homenaje al Padre Walter Silva
