Refugio de la Cuaró, único en la frontera para desafiar el frío y la intemperie

El refugio municipal nocturno “Dr. Altivo Esteves”, ubicado en el centro del barrio ciudad Rivera Chico, en Cuaró entre Paysandú y Francisco Acuña de Figueroa, es el único existente en la frontera, lo que no impide desafiar y afrontar con éxito, la intemperie y la dura noche invernal de decenas de personas en situación de calle.
Anoche, la segunda de este invierno 2010, fueron 28 las personas que se hospedaron en el refugio recibiendo todas las atenciones previstas. De ese número, 6 son personas que requirieron un refugio circunstancial, como un ciudadano colombiano, enviado por el Mides debido que, además de estar en situación de desamparo, está en pleno proceso de documentación.
El refugio es parte de un complejo municipal emblemático de asistencia social en el departamento. El Comedor Municipal Cuaró suministra diariamente, de lunes a viernes más de mil almuerzos a otros tantos comensales provenientes de todos los barrios. Asimismo más de 30 cenas diarias a las personas que se protegen en el refugio “Dr. Altivo Esteves” en horas de la noche y el correspondiente desayuno. Sostenido y gestionado por la Intendencia con los recursos de los contribuyentes, el comedor dispone de la ayuda en ciertos alimentos secos del Instituto Nacional de Alimentación (INDA). Las frutas y verduras provienen de un grupo de horticultores que de esa manera han alcanzado un desarrollo productivo permanente, digno, y sustentable.
En el mismo edificio, junto al Comedor y en la antesala del Refugio, se encuentra el Centro de Acceso a la Sociedad de la Información (CASI) de Rivera Chico, uno de los primeros en el departamento y en el país, creado por el gobierno departamental presidido por el hoy senador Tabaré Viera en colaboración con Antel. Como es de público conocimiento el CASI presta servicio gratuitos a la comunidad, democratizando Internet y las comunicaciones con todo el mundo.
El Refugio Dr. Altivo Esteves tiene comodidades para amparar a 35 personas por noche. Un salón dormitorio para 15 mujeres y otro para 20 hombres, todos dotados del completo equipamiento: camas, colchones, sábanas limpias, frazadas, almohadas, etc. Asimismo una bacteria de baños con agua caliente y servicios higiénicos para mujeres y otro para hombres.
El director de la institución, Ruben Núñez, dialogó con NORTE, detallando los aspectos más importantes de las instalaciones, así como la rutina diaria. Indicó que además de los dormitorios y baños, el refugio dispone de un salón comedor amplio donde además de cenar y tomar el desayuno, los huéspedes pueden descansar y entretenerse mirando televisión por el sistema de cables, aportado gratuitamente por las empresas del medio. Asimismo cuenta con una cocina equipada con heladera, cocina a gas y 3 lavarropas. Recordó Núñez que la cena es preparada en el Comedor de lunes a viernes y guardada en la heladera. Sábado, domingo y feriado la cena es preparada en la propia cocina del refugio por funcionarios. Asimismo el desayuno.
En cuanto a la rutina, Rubén Núñez informó que las puertas del refugio se abren a las 17 horas. Las personas, en la medida que van ingresando, pasan a bañarse y cambiarse de ropa. Las prendas de vestir en muchos casos son suministradas por organización de la sociedad civil como Rotary, Leo, Iglesias, etc. A la hora 20:30 se sirve la cena. A más tardar las 22:30 todos se retiran a los dormitorios donde descansan hasta la hora 8. Concluido el desayuno a la hora 9:30 se cierran las puertas del refugio.
No todos los que están en situación de calle aceptan la atención del Refugio.
Además del esfuerzo de la Intendencia Departamental, el Refugio cuenta, según informó Núñez con la colaboración de diversas personas, empresas y organizaciones de la sociedad civil, así como del Mides. En cuanto a las personas atendidas, responden habitualmente al trabajo realizado por el director recorriendo alrededor de la medianoche las principales calles céntricas, así como las inmediaciones del Estadio Municipal; los enviados por el Mides, la Comisaría de la Mujer y el hospital departamental. En este último caso se trata de familiares de pacientes del interior del departamento que no tienen dónde hospedarse en horas de la noche, por lo cual recurren al Refugio, orientadas por las propias autoridades hospitalarias.
Rubén Núñez indicó que no todas las personas que están en situación de calle aceptan hospedarse en el Refugio. Habitualmente las razones más esgrimidas son la adicción al alcohol y no aceptar bañarse e higienizarse como se establece por norma en el refugio. Con esas personas la atención se reduce a suministrarles, allí en la calle donde pernoctan, de una frazada y algo caliente en noches de mucho frío. No se los puede obligar a nada, ocurriendo que en algunas oportunidades reaccionan con violencia, ante la visita de Núñez.
En la extensa entrevista Rubén Núñez, requerido por NORTE, indicó que hay unas 12 personas que son huéspedes permanentes, tratándose en la mayoría de ancianos totalmente desamparados y sin familias. El resto lo conforman habitualmente personas provenientes de otros departamentos como Montevideo, Paysandú y Durazno que llegan a Rivera buscando empleo y una mejor vida y han quedado sin dinero en situación de calle. En muchos casos, cuando lo aceptan, el gobierno departamental le suministra pasajes para volver a sus lugares de origen. En otros casos se gestionan las soluciones requeridas. Tal el caso de un matrimonio con dos hijos en edad escolar que hubo de ampararlos hasta ayer al mediodía, mientras la Intendencia les construyó una casita modesta en el barrio La Humedad, en tanto los niños fueron inscriptos en la escuela pública del Cerro del Marco donde almuerzan.
Por último Núñez destacó la atención que brindan a mujeres e hijos víctimas de violencia doméstica. En estos casos se trata de personas orientadas por la Comisaría de la Mujer, especializada en el problema. Como se puede observar, el Refugio Dr. Altivo Esteves, aún al límite de sus posibilidades, constituye un abrigo cálido y digno que permite sobrellevar la dura existencia de esas personas que en situación de indigencia recorren nuestras principales calles.