Mario Benedetti: “Admitir la muerte es un modo de restarle importancia”

(Por Ariel Rodríguez) Desde el domingo, el mundo no ha dejado de hablar de la partida de Mario Benedetti, de cualquier manera creemos imprescindible, que también nosotros rindamos nuestro homenaje al autor de “La Tregua”, “Esta mañana y otros cuentos”, “Poemas de Oficina” o “Montevideanos”, ricas expresiones todas, de la forma de ser y actuar del uruguayo común. Le escribió a la vida y por ello fue un enamorado del amor.
Me hubiera gustado conocerlo, claro que no fue posible. Sólo una vez en una “Feria del Libro” montevideana, lo tuve cerca físicamente, sin embargo, al igual que tantos en el mundo, incluyendo a chinos, supe tenerlo cerca en el alma, por que en la lectura de su obra, se hace imprescindible leer más que con los ojos, con el alma y vaya si ella se purifica y sí que vuela con cada verso.
Es un ciudadano del universo, sería mezquino encerrarlo en nuestras fronteras, pero cuanto más humano lo hace haber nacido en este norte nuestro. En el Paso de los Toros, de los partidos del Noreste o el parador de ONDA.
Leí y releí gran parte de su obra y no deja de fascinarme la grandiosa simplicidad de sus versos, en “Poemas de Oficina” o “Montevideano”, es magistral la manera con que relata al hombre cotidiano, como lo describe, en su rutina, en sus sueños, en la manera de descubrir el amor.
No tengo noticias de su presencia acá en Rivera, pero me hubiera gustado que conociera la Bica, el Cerro del Marco o los Caminitos de Tierra Colorada, seguramente le hubieran arrancado algunos versos.
Se me hace que allá por alguna estrella, seguramente se encontrará con los Neruda, los Antonio Machado o los Nicolás Guillén, pero creo que también se va a estrechar en un abrazo con los Olintho, Bisio o Lalo.
Se fue Benedetti, ahora sí para ser eterno, se queda en el alma de la gente de su paisito, se queda en el sentir de los pueblos americanos y se queda en la memoria de hombres y mujeres de todo el mundo.
Daniel Viglietti señaló que Mario era “un ser entrañable, un ejemplo de ética y de construcción de hermosura en su obra. Fue un gran creador, fértil y diversificado en varios géneros. Desbordó géneros y también desbordó fronteras, porque fue amado en muchas partes del mundo”. Viglietti dijo además que el escritor tuvo “una fuerza muy grande” como la de un río, pero “con la modestia de un arroyito criollo”.
1920: Nace en Paso de los Toros el 14 de setiembre. Su familia se traslada a Tacuarembó dos años después.
1945: Publica su primer libro de poesía, “La víspera indeleble”, única obra que nunca volvió a reeditar.
1949: Premio del Ministerio de Instrucción Pública por su primer volumen de relatos cortos, “Esta mañana y otros cuentos”.
1956: Publicación de “Poemas de la oficina”, uno de los libros que cimentó su extrema popularidad.
1959: Publicación del volumen de cuentos “Montevideanos”, donde hay varias agudas exploraciones de cierta mentalidad ciudadana.
1960: Publicación de la novela “La tregua”.
1968: Fundación del Centro de Investigaciones Literarias de Casa de las Américas (Cu- ba), que dirigirá hasta 1971.
1971: Integra el grupo fundador del Movimiento 26 de Marzo, incorporado al recientemente creado Frente Amplio. 1971: es nombrado director del Departamento de Literatura Hispanoamericana en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de la República.
1973: Tras el golpe de Estado renuncia al cargo en la Universidad y se exilia en la Argentina. Allí comienza un periplo de una década por varios países.
1974: El cineasta argentino Sergio Renán rueda “La tregua”, que compite por el Oscar a mejor película en lengua extranjera .
1980: El Consejo de Estado cubano le otorga la Orden Félix Varela.
1986: Premio Jristo Botev de Bulgaria por su obra ensayística y poética.
1987: Premio Llama de Oro en Bruselas, otorgado por Amnesty International por su novela “Primavera con una esquina rota”.
1996: Premio Morosoli de Plata de Literatura de la Fundación Lolita Rubial, Uruguay.
1997: Doctor Honoris Causa de las universidades de Valladolid, Alicante y La Habana. Premio León Felipe.
1999: Premio Reina Sofía de Poesía Latinoamericana.
2005: Premio internacional Menéndez y Pelayo.
2006: Premio Morosoli de Oro.
2007: Condecoración Francisco de Miranda, otorgada personalmente por el presidente Hugo Chávez.

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