Indicadores de inseguridad alimentaria en el país mejoraron en 2024

Los datos relevados en la Encuesta Continua de Hogares del Instituto Nacional de Estadística correspondiente al año 2024 revelan una reducción en la cantidad de hogares que atraviesan inseguridad alimentaria grave en el país, sobre todo con menores a cargo, y más aún con niños de menos de seis años. La mejora en los indicadores, comparando con años anteriores, es más visible en la capital del país, donde la baja fue del 46%.
Las autoridades del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) difundieron los principales resultados del módulo “Seguridad Alimentaria” de la Encuesta Continua de Hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE). La presentación fue presidida por el Ministro Alejandro Sciarra, junto a su par de Salud Pública (MSP), Karina Rando. Los acompañaron el Director del Instituto Nacional de Alimentación (INDA), Ignacio Elgue; la Directora técnica del mismo, María Rosa Curutchet; la coordinadora del área programática de Nutrición del MSP, Virginia Natero, y la Directora de la División Estadísticas Sociodemográficas del INE, Andrea Macari.
Este es el tercer informe nacional que se realiza sobre prevalencia de inseguridad alimentaria en los hogares. Se considera que el problema existe cuando una persona carece de acceso regular a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para llevar una vida activa y saludable. Esta condición se atribuye, en distintos grados, a familias que sufren una reducción en el consumo de alimentos saludables por falta de dinero, poca variedad o menor cantidad, que omitan tiempos de comida y, en algunos casos, lleguen a no ingerir nada durante el día.
La encuesta se dirigió a personas de todo el territorio nacional, fue realizada en junio de 2024 y ofrece un período temporal de referencia de los últimos 12 meses. De ella se constata que la inseguridad alimentaria es un problema prevalente en el país, sobre todo en hogares integrados por menores de edad. Los datos recabados muestran una baja de la prevalencia en el último año, más aún en familias con menores de seis años, en casos definidos como “moderado y grave”, seguidos de los hogares con menores de 18 años.
La mayor presencia de esta situación de inseguridad alimenticia se registró en los Departamentos de Flores, Durazno, Florida, Lavalleja, Maldonado y Rocha, en hogares cuyos ingresos se encuentran en el primer quintil. En el análisis de la información resultante, se percibe una mejora significativa en Montevideo, que alcanza el 46%, seguido de la región que incluye a Canelones.
El Ministro Sciarra destacó que el estudio revela una disminución de la inseguridad alimentaria en el país, y enfatizó la reducción de la condición grave en Montevideo, lo que atribuye en forma directa a la implementación del Plan de Alimentación Territorial desarrollado por el MIDES en el último año.
También hizo referencia a beneficios ejecutados por el ministerio que dirige, en conjunto con otras instituciones del Gobierno, como descuentos en las garrafas de supergás, el Bono Social UTE-MIDES que ayudó a unas 180.000 familias, el Bono Crianza y, en una valoración macro, dijo que también se explica en mejoras en materia de empleo y salario a nivel nacional. Si bien expresó su conformidad con estos datos, aclaró que es un tema importante y que, mientras haya una persona que una vez sienta hambre en el país, habrá que seguir trabajando para revertirlo.
En cuanto a los Departamentos del centro, donde hubo un leve incremento en la inseguridad alimentaria, Sciarra informó que se estudian los resultados para aplicar medidas específicas. Si bien no se detectó una causa clara, adelantó que podría deberse a una baja puntual en el desempleo en la zona. En este contexto, reconoció la labor conjunta que realiza el MIDES con las Intendencias Departamentales, lo que, señaló, incide de forma positiva.
“El primer quintil siempre es el que sufre más”, es el que tiene más necesidades, al primero que le afecta el desempleo, y tiene situaciones de acceso a las viviendas, señaló el Ministro, quien aclaró que se trabaja fuerte con esta población, ya que “no solo con entrega de alimentos se resuelve la inseguridad alimentaria”.
Rando, en tanto, recordó que la alimentación influye directamente en el desarrollo o no de enfermedades, es decir, que hay un vínculo directo entre la malnutrición y la capacidad del organismo de defenderse de, por ejemplo, patologías infecciosas. Por eso, consideró fundamental contar con estas herramientas de investigación y evaluación.
Celebró que la reducción de la inseguridad alimentaria se haya concretado particularmente en hogares con niños menores de seis años, porque la nutrición inadecuada en los primeros años de vida repercute en el desarrollo físico y neurológico del individuo y lo condiciona para el futuro. Destacó la rigurosidad del estudio, y el valor de sus datos para la aplicación de políticas públicas.

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