(Por Ariel Rodríguez) Se cumplen hoy 148 años de la fundación de Villa Ceballos, origen primero de esta nuestra Rivera. Desde entonces nos transformamos en bastión de la orientalidad, pero convencidos que ella se engrandece en la medida que la integración entre los pueblos sea una realidad.
Desde entonces, con nuestra hermana mayor, Santana, hemos ido transitando una historia nuestra y solo nuestra. Que tiene que ver con familias formadas por uruguayos y brasileños, por ciudadanos “doble chapa”. Que tiene que ver con nuestra forma de hablar, de expresarnos y de vivir que es nuestra marca registrada. Que tiene que ver con comprar de un lado o del otro de la línea divisoria según nos convenga. Que tiene que ver con el ejemplo de convivencia respetuosa y tolerante que somos para el mundo.
Eso somos nosotros. Con desprecio nos tildan de Bayanos o contrabandistas.
Muchos gobernantes casi, casi se olvidan que existimos, no importa sólo y sólo nosotros sabemos que sentirse fronterizos no es ser menos uruguayos, por el contrario tanto como el que más, nunca menos.
Son 148 años de ir haciéndonos una senda propia, que nada tiene que ver con las “argentineses” sureñas y que quieren imponernos como uruguayas.
Somos diferentes y lo sabemos, las “essssses” y las uves de “rivvvvvvera” nos denuncian, nuestro hablar apretadito, manso, bajito, sin gritos ni grandilocuencias, son nuestro estilo. Nos gusta más el “xis”, que la hamburguesa; es mucho más rica una chuleta y no la costilla de ellos; las “saudades” son nuestra forma de extrañar, la nostalgia nos parece distante y estamos convencidos que es mucho mejor remontar cometas los viernes santos antes que en setiembre.
Así somos nosotros, aquellos que un día nacimos como Villa Ceballos, para transformarnos no en montevideanos ni duraznenses o fernandinos, simplemente riVerenSeS, así con la uve y las eses bien pero bien marcadas, como nos gusta a nosotros y ríen ellos.
Hace 148 años que vamos construyendo esta historia mansa de nuestra aldea, casi, casi en silencio, sin estridencias, sin grandilocuencias.
No es fin de semana, pero por nosotros, me sirvo una… ¡Salud!
