En la UTEC Rivera se realizó ayer la presentación de la “Estrategia de Desarrollo 2050”

(Por Rosa Dutra) En la tarde de ayer, en el local de la UTEC Rivera, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) realizó la presentación de la “Estrategia de Desarrollo 2050”. Enmarcado en el paradigma de desarrollo sustentable, se trata de un documento que propone caminos para el desarrollo basado en la articulación de más de veinte estudios prospectivos realizados a lo largo de los últimos cuatro años.
NORTE dialogó con el Director de Planificación de la OPP, Fernando Isabella, quien informó más detalles de este proyecto. Manifestó que es la culminación de un proceso de casi cinco años de trabajo, desde la creación de la Dirección de Planificación de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto a inicios de 2015, que representa un esfuerzo de múltiples instituciones. Por este motivo llegaron a Rivera para realizar esta presentación.
Se busca recuperar el pensamiento estratégico a largo plazo, ya que se extiende hasta 2050 como un horizonte que supere los períodos de gobiernos de cinco años. Esa estrategia articula unos veinte estudios que se hicieron, donde participaron más de dos mil técnicos y referentes de los Ministerios y Agencias del Estado, empresas públicas, academia, organizaciones de la sociedad civil, empresarios y trabajadores. Trataron temas demográficos, de población, mercado de trabajo y producción, complejos productivos, también temas sociales y de género.
“La Estrategia de Desarrollo 2050 articula todo, en una mirada única, para el futuro del país, poniendo el objetivo en lineamientos estratégicos para avanzar hacia el desarrollo sostenible, que es donde se enmarca la estrategia”, señaló Fernando Isabella. Además, es una metodología que permite incentivar la participación social en estudios de futuro, buscando sistematizar y estructurar la información relevante sobre una temática que está dispersa en muchos actores.
El Director de Planificación de la OPP se refirió a los tres ejes estratégicos: la transformación productiva sostenible, la transformación social y la transformación de las relaciones de género. “El objetivo es intensificar el conocimiento y valor agregado de nuestra producción, modificando la tradicional inserción internacional vulnerable de Uruguay. Los objetivos de la estrategia -continuó- son lineamientos para que nuestro país pueda avanzar hacia ese desarrollo sostenible, con transformación productiva sostenible”.
Esto implicó en seleccionar seis complejos productivos estratégicos (alimentos; forestal-maderero; tecnologías de la información y las comunicaciones; energías renovables; turismo; industrias creativas), de los que se cree que en Uruguay tienen potencialidad de desarrollo, para generar empleos, oportunidades e incorporar conocimientos, que además son complejos productivos que beneficiarán algunas tendencias tecnológicas que hay a nivel internacional.

“Algunos complejos tienen larga data, otros son nuevos, por eso es importante incorporar conocimientos y oportunidades. Del resultado de todos los estudios es necesario seguir aumentando el nivel educativo de acción, porque cada vez más la producción exige trabajadores con mayor nivel de capacitación”, señaló el Director de Planificación de la OPP. Es por eso que recorren el país y realizan las presentaciones en el interior del país.
Por otro lado, ello implica captar inversiones, coordinar los agentes en las actividades productivas, para encontrar actividades que sean rentables de realizar en el país, en algunos casos inversiones públicas en otras inversiones privadas. Fernando Isabella indicó que “es importante que la educación implique una base cultural ancha, que permita que la gente pueda reciclar sus conocimientos, tener idea de que cosas serán necesarias, como la informática, que cada vez será más necesaria para cualquier actividad”. Además no ignoran que el cambio tecnológico implica que probablemente muchas de las profesiones de futuro aún no existan, por lo tanto no se puede capacitar físicamente.
Concluyeron que en varios de los complejos que se trabajaron, hay oportunidades de trabajo. Citó como ejemplo esta región del país, “donde está el complejo forestal-maderero”. Hay oportunidades para Uruguay, no solo en términos de producción de celulosa, porque hay mucho para desarrollar en la industria del aserradero, ya que se exporta gran parte de los pinos que se producen en esta zona, señaló el jerarca de la OPP. Es posible producir para materiales de construcción, con maderas especialmente tratadas para la construcción, un tema de mucho demanda globalmente y el Uruguay puede insertarse internacionalmente y exportar. En Europa hay mucha demanda, aseguró. Con la madera se podrá fabricar productos de energía.
Por otro lado está la industria alimenticia, donde ya somos conocidos por la calidad de nuestros productos. A estos se podrá incorporarles más conocimientos, expandir la producción para hacerla más sostenible ambientalmente y así diversificar mercados. Se debe apostar a que el comprador tenga una certificación que le asegure que es un producto natural; que la producción de carne en Uruguay sea mayoritariamente sobre praderas naturales, a cielo abierto. Esto es muy valorado en todo el mundo -expresó-, porque es sostenible ambientalmente, al darle la condición de producto natural y que la gente la prefiera.
Acerca de la relación de género, señaló que es un tema fundamental para el desarrollo, por el proceso de envejecimiento de la población en las próximas décadas. Lo que tendremos en el Uruguay es que la cantidad de personas en edad de trabajar disminuirá si no se logra que la mujer se inserte fuertemente al mercado de trabajo, aunque en los últimos años esta se ha incorporado masivamente al trabajo.
Para lograr que ella continúe insertándose al mercado de trabajo será necesario transformar la distribución de tareas no remuneradas, como que el cuidado del hogar, de los niños y de los ancianos no recaiga solamente en las mujeres. Es una necesidad para términos de igualdad y para términos productivos. El mercado laboral necesita su incorporación. Principalmente aquellas que tienen mayor nivel educativo, porque tienen más nivel educativo que los varones. De esa forma podrán aprovechar ese talento en términos productivos.
El tercer eje del proyecto es la transformación social, que es la necesidad de seguir mejorando la materia de protección social que permita una mejora, porque el futuro exige cada vez más mayor capacitación, porque el desarrollo depende de la capacitación. “La protección social viene desde el primer día de vida, hasta el último, en materia de educación, salud, cuidados, temas en que el país debe mejorar su materia de protección social para poder acompañar el proceso de desarrollo”, finalizó.

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