Los vecinos se quejaban del polvo que levantaban los camiones en una de las principales calles del barrio. En el relleno sanitario que está próximo al barrio, tratan los residuos de toda la ciudad, que transportan los camiones “que pasan a cada rato levantando polvo” dicen los vecinos a Juan. Calma, pedía Juan “hasta con el intendente hablé me aseguró que van a asfaltar la calle y adiós al polvo”. La respuesta de los vecinos era siempre la misma, “la van a asfaltar el día que las gallinas críen dientes”.
El asfalto demoraba y, no siempre iba el camión para mojar la calle y evitar el polvo. Alguien propone hacer un piquete y cortar el acceso a la ciudad. Juan logra que no lo hagan y los vecinos insisten “va a ser más fácil encontrar una gallina con dientes que asfalto en nuestra calle”. Nuevas reuniones con las autoridades, de nuevo recurrir a los medios de prensa, para que todos se enteren, hasta que, “estoy cansado que me digan una y otra cosa y nada me voy presento renuncia”, anunció Juan Saavedra por los medios de prensa.
LA SOLUCIÓN
No hay mal que dure cien años y, el del barrio La Pedrera no es una excepción. Lo convencieron a retirar la renuncia y comenzaron las obras de asfalto en la ya famosa calle Ítalo Vignolo. El propio Intendente Marne Osorio en su discurso durante la ceremonia inaugural lo dijo: “…se les llenaba todos de polvo y, nosotros les decíamos lo vamos a hacer vecinos, asumimos el compromiso. Vamos a hacer una obra donde no va a ser solamente matarles el polvo, va a ser una buena obra, obra de calidad integrada al resto del barrio. Hoy estamos inaugurando estas cinco cuadras de Ítalo Vignolo con un tratamiento asfáltico doble, donde se hizo el cordón cuneta, donde se ensanchó la calle, se colocaron las luminarias. En los próximos días va a hacer una intervención la dirección de tránsito”.
Los trabajos de la intendencia comprenden también calles del entorno de Ítalo Vignolo, se hace cordón cuneta y pavimento con una inversión de veinte millones de pesos.
Como correspondía, el presidente de la Comisión de Vecinos fue quien inició la parte oratoria. Las cámaras de la TV y de los fotógrafos no lo inmutaron, con tranquilidad saludó, sacó su mano derecha del bolcillo del pantalón y habló: de las gallinas que continuaban sin dientes y la calle arreglada estaba allí, “hacía treinta y pico de años que pedíamos esta obra” aseguró “Esa obras está ahí para todos los vecinos” reiteró.
Dijo, señalando al director de vialidad urbana Ing. Ernesto Costa: “Yo le daba tirones de oreja y el me los daba a mí, al Sr. Mazzoni también” (José Mazzoni Director General de Obras). Señalando la calle recién asfaltada enfatizó: “para nosotros es la Sarandí. Guarisco, uno de los vecinos más antiguos en el barrio, recién me decía, yo pisé barro en estas calles y ahora estamos pisando una Sarandí”. A unos metros del lugar donde se hizo la ceremonia, en la vereda, una pequeña de dos o tres años tomaba su mamadera, la señora que no la perdía de vista, me dijo: “la dejo que tome su mema en la vereda, ya no hay polvo”.