Cinco viviendas con fondos propios y la idea de un MEVIR urbano

Cinco viviendas con fondos propios y la idea de un MEVIR urbanoEl déficit de viviendas en el departamento de Rivera opaca todo lo que se ha hecho. Es uno de los frentes de obra social donde ha trabajado la Intendencia junto a organismos estatales.
Los programas PIAI (Programa de Integración de Asentamientos Irregulares) con fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los diferentes programas del Banco Hipotecario y de la Agencia Nacional de Vivienda, el recientemente lanzado plan de ahorro para jóvenes, todos no fueron suficientes.
El pasado viernes, en el barrio Recreo, la Intendencia entregó cinco viviendas a familias que ocupaban viviendas muy precarias en una cantera. “Vivíamos en medio de bichos (alimañas) con agua dentro de la casa de tres por tres”, comentó Alejandro Gómez que, ahora, pasa a ocupar una de las casas junto a su esposa y dos pequeños.
Por supuesto que estaban todos contentos, alegres, más allá que una de las familias aún no había podido conectarse a la red de agua potable de OSE. Ahora tienen una casa seca y abrigada donde sobró espacio debido a los escasos muebles que le permitía la vivienda de tres por tres.
Tienen un diseño especial, del tipo palafito, dado lo bajo del terreno, explicó el arquitecto Juan Rangel, autor del proyecto. “El piso de madera tiene las aislaciones necesarias para evitar el frío. Tienen dos dormitorios, baño, una cocina con barra y un living-comedor”.
En cada uno de los patios, los nuevos moradores ya habían construido la casita para el perro, incluso una de las señoras ya tenía diseñado el jardín. “Dividí el patio con mi marido que va a hacer una quintita”, aseguró Rosario Villasanto.
“Esta solución (habitacional) es cien por ciento riverense. Es hecha con los dineros del pueblo de Rivera, con la mano de obra de ustedes”, señaló Marne Osorio.
Las familias trabajaron en la obra de las viviendas; las construyeron. Incluso, afirma Alejandro “aprendí un nuevo oficio” y, en su oratoria, representando a los beneficiarios, agradeció profusamente al capataz, funcionario municipal que dirigió la construcción. Para los vecinos dejó de ser capataz, dejo de ser un funcionario municipal, pasó a ser el “Profesor Castillo” el que, con una amplia sonrisa, recibió un obsequio de las cinco familias.
El costo de esas cinco viviendas fue de diez mil dólares cada una. Se disminuyó hasta ese valor gracias a la conjunción de esfuerzos de la Intendencia en lo técnico, y de los propios vecinos en la construcción. Todos cargaron ladrillos, mezclaron pórtland con arena y cal, cortaron maderas, codo a codo.
“Este es el camino”, decía Marne Osorio. “Es la forma de construir por la cual se disminuyen costos y resolvemos el problema a los vecinos. Se eliminan trámites engorrosos en lo burocrático”, acotó.
El senador Tabaré Viera, que estaba presente, señaló: “Propuse hace unos años un plan de viviendas similar a MEVIR (plan que se aplica en el medio rural). Un MEVIR urbano, es algo similar a esto, se puede hacer”.

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