En julio y agosto la faena vacuna aumentó respecto a los meses anteriores y también en relación a los mismos meses del año pasado. La composición por categoría mantuvo, aunque acentuadas, iguales características que en el primer semestre.
Con datos hasta el 15 de agosto, la extracción de vacas siguió representando la mayor parte de la faena, lo que contrasta con la escasa participación de los novillos, que apenas llegaron a un magro 42% del total en lo que va de este ejercicio y que se sitúa en 44% en el año calendario.
No es que haya una liquidación de vientres, por cuanto la suba en la extracción de esta categoría es moderada respecto a los años anteriores en números absolutos. Lo que marca la diferencia es la baja en la faena de novillos.
La extracción se mantiene estable en volúmenes controlados por la industria, que ajusta su ritmo a una demanda externa que se muestra débil, en parte por motivos estacionales, ya que los compradores del Hemisferio Norte se encuentran en las vacaciones de verano.
Las condiciones de producción tampoco permiten esperar un aumento rápido de la oferta, dadas las restricciones forrajeras de la actualidad. Buena parte de la faena se cumple con novillos provenientes de corrales de engorde y otra parte con vacas de baja o media terminación.
Es probable que en el último trimestre de este año haya un aumento sustancial en el volumen de faena, en especial en el número de novillos, lo que equipararía la extracción de 2009, con la del año pasado.
De todos modos, la producción de carne sigue estando resentida por la caída en el peso individual de las reses, como secuela lógica de un largo período de restricciones.