Técnicos vinculados al proyecto “Ganaderos Familiares y Cambio Climático” visitan Mesas de Desarrollo Rural

Técnicos referentes de la Dirección General de Desarrollo Rural (DGDR) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), empezaron la pasada semana las primeras acciones en territorio vinculadas al proyecto “Ganaderos Familiares y Cambio Climático”. Se trata de la presentación del proyecto y la realización de un diagnóstico participativo que permita elaborar un plan estratégico a nivel local.
Estas primeras acciones se desarrollarán en el seno de las siete Mesas de Desarrollo Rural vinculadas a las dos áreas más vulnerables a la variabilidad y al cambio climático: Masoller (Rivera), Bañado de Cañas (Tacuarembó), Pintado (Artigas), Basalto Superficial (Salto), Sur (Rocha), Maldonado y Lavalleja.
El proyecto “Ganaderos Familiares y Cambio Climático” se financia con una donación de cerca de diez millones de dólares del Fondo de Adaptación del Protocolo de Kyoto. Su propósito es apoyar a productores localizados en las regiones de Cuesta Basáltica y de las Sierras del Este a efectos de minimizar la vulnerabilidad de los mismos y aumentar sus capacidades de asumir con flexibilidad situaciones climáticas adversas.
El Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Ing. Agr. Tabaré Aguerre, dijo recientemente que si bien “Uruguay tiene compromisos éticos y oportunidades comerciales en trabajar en la línea de la mitigación”, “se le va la vida como país en las estrategias que logre desarrollar en materia de adaptación”. Agregó que “nuestros esfuerzos tienen que ver con impulsar una política de riego” y con “desarrollar prácticas culturales más seguras”.
En estrecha referencia al proyecto Ganaderos Familiares y Cambio Climático, el director de la Unidad de Cambio Climático (UACC) del MGAP y coordinador del componente 3 del proyecto, Ing. Agr. Walter Oyantcabal enfatizó que se trabaja para mejorar los estudios de “vulnerabilidades y oportunidades específicas que presenta cada zona definida”. Por ese motivo, el diagnóstico que se empieza a realizar “incluiría evaluaciones rurales participativas y un análisis de las organizaciones que participarían en la red”.
Junto con el diagnóstico, se desarrollará un plan estratégico para las zonas con pautas básicas referidas a medidas de adaptación en el territorio. Este plan establecerá las principales estrategias para aumentar la resiliencia, las prioridades en términos de inversión y cobertura territorial, las acciones proactivas específicas necesarias, el rol de las diferentes partes interesadas y los resultados esperados.

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