Finalizó el curso de formación en liderazgo para mujeres rurales de todo el país

Con la presencia del Director de Desarrollo Rural del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, José Olascuaga, finalizó el curso de formación en liderazgo para mujeres rurales y comenzó el seminario de análisis y proposición de acciones con énfasis en el acceso de jóvenes y mujeres a las políticas públicas de tierra, financiamiento y apoyo productivo. Las actividades se han venido realizando esta semana en el Centro Agustín Ferreiro, en Canelones, y cuentan con una comprometida participación de jóvenes y mujeres rurales de todo el país.
Sobre el mediodía del pasado jueves se realizó una mesa de cierre del curso de liderazgo y apertura del seminario sobre políticas de tierra, financiamiento y a poyo productivo en la que estuvieron presentes el Director de Desarrollo Rural, José Olascuaga, la Presidente del Instituto Nacional de Colonización, Jacqueline Gómez, la Directora Adjunta del Instituto Nacional de la Juventud, Jimena Torres, y Nohelia Millán, del Instituto Nacional de las Mujeres.
José Olascuaga comentó que ambas actividades surgen desde la Sección Nacional de la Reunión Especializada de la Agricultura Familiar (REAF) y pueden tomarse “como un ejemplo de lo que ha sido el cambio en la generación de políticas públicas a nivel de desarrollo rural en el Uruguay en los últimos 13 años”. También resaltó que son un ejemplo de actividad que se basa en “un ámbito de diálogo entre gobierno y organizaciones sociales”.
Recordó que en la Sección Nacional de la REAF participan delegados de las Mesas de Desarrollo Rural, donde la participación de los actores sociales “es fundamental para la construcción de políticas públicas”. En cuanto a las políticas públicas, dijo que buscan cumplir con un objetivo estratégico de inclusión, disminuyendo o eliminando las inequidades. En este sentido, señaló que se trabaja con políticas diferenciadas, que apuntan a “tratar de forma diferente a quienes han tenido históricamente un trato diferente, como los productores familiares, los trabajadores rurales, las mujeres y los jóvenes del campo”.
Según Olascuaga, estas actividades también reflejan “un ejemplo de articulación entre las instituciones del Estado”. Señaló que esta forma de trabajo “implica la posibilidad de romper la inercia, de cambiar, no sólo generando nuevas instituciones o nuevas leyes o normativas, sino también haciendo que cambien las viejas instituciones”. Enfatizó el hecho de que el seminario intente generar recomendaciones para ajustar políticas y normativas sobre la base de lo que ya existe: “eso nos parece que es muy sano y genera un ejercicio efectivo de ciudadanía por parte de los actores sociales”, concluyó.

DECLARACIÓN Y RECOMENDACIONES
El curso de formación en liderazgo para mujeres finalizó con la lectura, por parte de tres jóvenes, de una declaración que surgió del trabajo realizado durante toda la semana. Allí se hizo referencia a algunas dificultades que presentan las juventudes y recomendaciones para solucionarlas. La principal dificultad planteada fue respecto al acceso a la tierra por parte de los jóvenes y las mujeres rurales. Vieron que “en general se le da prioridad a familias constituidas o a jóvenes que tienen hijos” y por eso proponen, como posible solución, hacer llamados especiales para jóvenes mujeres rurales.
Otra dificultad constatada fue en cuando al acceso a los medios de producción. Frente a ello proponen se faciliten créditos blandos específicos para jóvenes y mujeres rurales, que tomen como garantía la futura producción. También proponen mayor acceso a la asistencia técnica para facilitar el desarrollo y garantizar la producción de las mujeres y los jóvenes rurales. Por último punto, vinculado a la educación, proponen la realización de talleres de sexualidad y género, teniendo en cuenta que “en las sociedades rurales no hay mucha información ni difusión de ese tipo de temas”.

LA VOZ DE LAS MUJERES Y LOS JÓVENES RURALES PARTICIPANTES
La idea de realizar el seminario con énfasis en el acceso de jóvenes y mujeres a las políticas públicas de tierra, financiamiento y apoyo productivo surgió desde la Reunión Especializada de Agricultura Familiar. En este espacio se han construido tres diagnósticos en torno al acceso a la tierra, el financiamiento y la asistencia técnica por parte de jóvenes y mujeres rurales, estudios que han constatado las desigualdades que sufren estas poblaciones para el acceso y control de recursos productivos y asistencia técnica.
Giovana Lacerda tiene 20 años y vive en Tranqueras, Departamento de Rivera. Participa en un vivero donde se producen árboles nativos. El año pasado comenzaron a trabajar en horticultura y además hacen florales. Participó con un grupo en la primera edición del llamado “Somos Mujeres Rurales” y ahora participan con un proyecto en la segunda edición y se encuentran cerrando un proyecto vinculado a las compras públicas. Integran el grupo cuatro mujeres y un varón. “Espero poder llevar nuevas experiencias y brindar nuevas ideas para que podamos seguir avanzando y mejorar la comunidad de Tranqueras”, dijo.
Alicia Rodríguez es de Bañado de Rocha, Departamento de Tacuarembó. Participa en un grupo de mujeres rurales con quienes se encuentra trabajando en un proyecto de compras públicas. Se presentaron a la segunda edición del Somos Mujeres Rurales; tienen un proyecto de horticultura al cual quieren agregar la parte avícola. Se enteró del curso para mujeres rurales a través de la Mesa de Desarrollo de alrededores de Tacuarembó. “Quería aprender mucho sobre género y liderazgo, para después volcarlo en la zona”, dice. Comenta que en Bañado de Rocha, un pueblo muy chiquito que queda a dos kilómetros de Tacuarembó hay pocos jóvenes. “Mi sueño sería vivir toda la vida en el campo”, dice.

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