Es llamativa la poca expectativa que las Internas generan en la ciudadanía riverense

A diecinueve días de las elecciones internas, es llamativa la poca expectativa que las mismas generan en la ciudadanía riverense y pensamos que esto se refleja a lo largo y ancho de todo el país.
Si bien operan varios atenuantes, en la medida que se trata de una disputa intrapartidaria, aunque muchos entienden que se trata de “la” encuesta rumbo a las elecciones nacionales de octubre.
Algunos analistas entienden que el uruguayo aún no ha aprendido a utilizar las herramientas que le brinda el sistema electoral vigente.
A partir de la última reforma constitucional, la forma en que elegimos al Presidente de la República, se ha transformado en una especie de proceso, que se divide en varias etapas, siendo todas ellas de carácter eliminatorio, de las cuales la primera, es precisamente la interna.
Si en esta instancia, no logramos incidir para que nuestro candidato sea quien represente a nuestro partido, ya queda fuera de competencia, ya no tiene chance alguna de llegar.
Es claro entonces que no se trata de una instancia inocua, intrascendente, se trata del momento en que empezamos a elegir al Presidente de la República que queremos, sin embargo y pese a ello no se percibe mayor interés, con la salvedad que ello puede revertirse en las urnas, el día de las elecciones, lo que evidentemente, al no ser obligatorias, dudamos que ocurra.
Otros dos elementos a tener en cuenta, son el frío y la administración de los recursos económicos.
No es lo mismo ir al comité o a un acto partidario, en octubre o noviembre, con temperaturas agradables, que invitan a salir, que soportando los fríos de junio e incluso a pesar que esté en el ánimo de los mayores, hacerlo, los niños son un impedimento.
Por otro lado, al menos en lo local, los dirigentes vienen actuando con mucha cautela en materia de gastos.
La campaña es muy larga, se extiende hasta mayo de 2010 y en la inmensa mayoría de los casos, hay poco o nulo apoyo financiero, desde la capital.
Si bien es claro que algunos grupos poseen mayor poderío económico que otros, como el caso de la lista 2 del Partido Nacional o la 2000, en filas coloradas, aunque de cualquier modo, no hemos presenciado ostentación desmedida, lo que entendemos es bueno.
La sensación que queda, es que el ciudadano no se ve motivado por parte de la dirigencia.
Por momentos parece que los dirigentes locales, están más pendientes del destino del candidato nacional, que del suyo propio y recordemos que en las internas también se juegan las posibles candidaturas a la intendencia.
La presencia de Jorge Larrañaga, el domingo próximo pasado en Rivera y la de Luis Alberto Lacalle, en la jornada de mañana, son indudablemente los dos hechos más destacados en estos últimos días en que ya entramos en la recta final de la campaña proselitista.

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