Se acordaron del arco rival en los minutos finales pero faltó tiempo

En realidad Sarandí Universitario y Lavalleja jugaron un pésimo partido, quizás de los más discretos de este campeonato y, por momentos con rudeza y una pizca de mala intención.
Conversado y con muchas tarjetas amarillas de no hicieron otra cosa que confirmar el concepto que tuvimos del encuentro.
Si analizamos a cada uno de los equipos quizás encontremos la explicación a lo que sucedió en el campo de juego.
Por el lado del decano, están faltando algunos jugadores importantes del club que son los que hacen la diferencia y los que colaboran con Robert López y Luis Eduardo Ponce de León para la creación de buenas jugadas.
No alcanza con el buen manejo de pelota que tienen ambos ni con la eficiencia defensiva de Duarte y Silva porque en realidad, cuando el partido logró ponerse emocionante, el que salvó al equipo fue José Luis Díaz.
Algo similar ocurrió del otro lado pero con menos intervenciones de Juan Marcelo González pero una, por sobre todas, que marcó la diferencia ante remate bien colocado de Robert López.
Pero este Sarandí Universitario es inexpresivo, es aburrido, es soso, no tiene sorpresa alguna, abusa del pelotazo largo como único argumento para ofender y eso no alcanza.
Para colmo, en esta instancia, Marcio Camy en la zaga que no aportó absolutamente nada y privó su entrega en el medio que es donde puede sobresalir.
Adelante totalmente inoperante y recién en los minutos finales Sarandí ofendió más, estuvo cerca de marca pero también Lavalleja.
Recién allí se acordaron de ofender pero el reloj terminó por hacer justicia con el resultado del partido porque no podía ser otro que un cero enorme.

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