El decano necesitaba imperiosamente estos tres puntos porque lo devuelve a la lucha en la parte alta de la tabla y lo aleja, cada vez más de la del descenso que comenzó bastante complicada.
Es obvio que a Centenario también le venía muy bien un triunfo porque duplica el puntaje pero tiene mucho más posibilidades para conseguirlos.
Lo malo para el auriazul fue que jugaba precisamente contra un rival directo que ahora e saca tres puntos más de ventaja.
El partido fue atractivo en el primer tiempo y cayó en el complemento.
No hubo una superioridad manifiesta del decano que nos permita justificar con claridad la victoria pero hubo efectividad y oportunismo.
Como por ejemplo en la jugada del primer gol cuando en la pelota rebotada entre el golero y su propio compañero, estaba el debutante Fabricio de Freitas para concretar.
Uno a cero que le dio tranquilidad al albinegro y el rival intentó llegar por todos lados sin lograr el objetivo porque la línea de fondo de Lavalleja actuó correctamente.
Al término del primer tiempo la diferencia de uno a cero era posible solamente porque el goleador estuvo en el momento oportuno en el lugar que debía estar.
Las expulsiones, una de cada lado, antes de la finalización de la primera parte, dejó más espacios que el decano supo aprovechar mejor especialmente luego del ingreso de Robert López que comenzó en el banco.
Centenario intentaba pero ni siquiera llegaba a pisar el área penal rival y esa situación lo alejaba, cada vez más, de la posibilidad de llegar al empate.
Alguna esporádica llegada de los ágiles de Centenario que ni siquiera inquietaron a Carlos Andrés González que, salvo dos o tres intervenciones, fue un mero espectador.
Por si fuera poco y cuando pensábamos que la victoria de uno a cero se podía justificar, llega el segundo de Robson Guzmao y dio por tierra todos los estériles esfuerzos de Centenario.
Por efectividad y mejor aprovechamiento de las acciones ofensivas, ganó el decano.