Un gol a los siete minutos de juego le dio la tranquilidad que necesitaba Peñarol para hacer valer su superioridad ante Sarandí Universitario.
A partir de allí todo fue aurinegro, poca resistencia del equipo verdiblanco que no pudo reiterar buenas actuaciones de hace un par de semanas que lo había llevado a ganar todos los partidos de la segunda fase (aunque no haya jugado uno).
Sarandí sin reiterar y Peñarol fue acomodando el partido de tal manera que ya promediando el primer tiempo no había dudas en cuanto al resultado final.
Para confirmar su buena actuación el aurinegro logra el segundo gol antes de la finalización de la primera parte del certamen.
Dos a cero y estaba todo decidido a pesar de los cambios que realizó Manuel Trinidad con la finalidad de mejorar su potencial ofensivo casi inexistente en el primer tiempo.
Peñarol no sacó el pie del acelerador, siguió como lo quiere su técnico, como si nada hubiera pasado con anterioridad, nada de bajar posiciones, nada de defender el resultado parcial favorable.
Con ese panorama no cabía otra posibilidad que el tercero de Peñarol y ya antes de los diez minutos del complemento el partido estaba definitivamente cerrado y a favor de quien ha demostrado, hasta el momento, ser el mejor del campeonato.
Estériles esfuerzos de los verdiblancos que tienen una sola opción de gol en un remate de larga distancia que rebota en el parante con Etchenique ya vencido.
Por lo hecho en la cancha y como consecuencia de un trabajo de todo el certamen, Peñarol es el finalista del certamen.
