Peñarol, con lo justo pero clasificado al fin, no debió sufrir hasta el último minuto

Para Peñarol era una final, no podía perder y planificó para eso. Volcó la cancha al arco de Jackson Pérez y ofendió permanentemente en los primeros minutos de juego al punto de merecer el gol de apertura mucho antes que llegara.
Es más, Peñarol, luego de ese momento inicial, bajó notoriamente y hasta llegó a aparecer alguna jugada ofensiva de San Eugenio que había quedado solamente en su defensa en los primeros veinte minutos del partido.
San Eugenio equivocó el camino, respaldado por que el empate lo favorecía, le regaló la cancha al rival y solamente le limitó a defender.
Volvió Peñarol y Petter Rocha fue el dueño de la pelota hasta que en un centro que llega desde la esquina izquierda, pasado, al segundo palo, y allí estaba Vanderley Barreto para marcar la justicia en el partido.
Tuvo Peñarol la gran chance de comenzar a definir la clasificación cuando en la última jugada del primer tiempo, Petter Rocha le quitó la pelota a un defensa y encaró directamente al arco sin marca y con la pelota delante.
Se demoró en el remate y el golero artiguense se quedó con la pelota.
Para el complemento la visita reforzó su zona de ataque porque, en realidad, había actuado mal en la primera parte regalándole la pelota y la cancha a Peñarol.
Ingresó Rony Paz y salió a buscar el gol porque era la única manera de recuperar el tiempo perdido en la primera parte.
Pero la realidad nos mostró que no hubo tal dominio ofensivo de los santos, es más, a los once minutos, nueva perfecta ejecución de un remate libre de Petter Rocha y luego que increíblemente Jackson Pérez la soltara, allí estaba, nuevamente Vanderley Barreto para anotar el segundo.
Estaba todo bien, la clasificación al alcance de la mano y bastaba, nada más que administrar la ventaja.
San Eugenio realizó otro cambio ofensivo pero no se vio que ello diera sus frutos en la cancha.
Y llegaron los minutos finales con Peñarol en ataque y errando en la definición cuando debió haber conquistado los goles que lo llevaran a cerrar definitivamente el partido.
Y se dio exactamente lo que no podía pasar, en un pelota que llega al área de Peñarol el despeje de Juan Carlos de León dio en la espalda de Pedro Carvalho que había ingresado y fue el gol de descuento.
Restaban muy pocos minutos y en realidad San Eugenio no ofendió demasiado pero fueron momentos de indecisión y nerviosismo.
Peñarol, a pesar de no haber jugado un gran partido, la clasificación estaba asegurada y no se debió haber vivido cinco minutos finales de muchos nervios a flor de piel. Clasificado al fin y ahora se viene el Ceibal salteño.

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