Peñarol se clasificó campeón del certamen de la categoría sub-18 con una notable campaña. Perdió su primer partido en el campeonato ante Nacional y luego se tomó merecida revancha en la Liguilla goleando al conjunto tricolor.
Perdió además, en la definición por penales en la disputa del título de la primera rueda pero se tomo revancha en la final del campeonato derrotando a Oriental.
Empató en dos oportunidades y los otros once encuentros disputados fueron victorias aurinegras.
Marcó 56 goles lo que permitió tener a los dos goleadores del certamen.
Lucas Couto y Sergio Damián Fernández, ambos con trece goles cada uno, se alzaron con los trofeos destinados a los que logran mayor cantidad de goles.
Le convirtieron apenas doce, menos de uno por partido como promedio y eso le valió a Sandro Cristian Acevedo ser el meta menos vencido del certamen.
Por si fuera poco, en los primeros lugares de la nómina de goleadores del certamen aparecen también Matheus Pereira y Brahian Goncálvez, ambos jugadores decisivos en la final con una buena cantidad de anotaciones.
Un equipo dirigido por Wilson Guedes con la efectiva colaboración de Darwin Silva que contó con un grupo de parciales, en su gran mayoría familiares directos de los jugadores, que estuvieron al costado de los campos de juego en todos los escenarios donde se disputaron encuentros.
Una campaña realmente importante para un equipo que llega al título por méritos propios y que viene marcando, además, una política del club que desde hace algunos años ha priorizado la actuación de los más jóvenes, en este caso en las categorías formativas, pero con proyección de futuro cercano al extremo de haber promocionado, ya, a nueve de estos valores al plantel de Primera División ¡Salve campeón!
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