La lluvia torrencial dos horas antes del partido motivó la suspensión de la final

Estaba todo previsto, el preliminar se estaba jugando, los equipos comenzaban a llegar al estadio y Peñarol ya había confirmado su integración titular.
Los aurinegros ya estaban en el vestuario junto a su cuerpo técnico y los verdiblancos llegaban en su camioneta y en autos particulares.
El calor era agobiante y comenzaban los primeros relámpagos transformados rápidamente en rayos bastante peligrosos que dibujaban en el cielo.
Cuando comenzaba el segundo tiempo del partido preliminar comenzó la lluvia, al principio unas gotas y sorpresivamente vino un viento realmente importante y la lluvia se transformó en torrencial.
Los chicos siguieron unos minutos más hasta que el árbitro, que en ese momento era Jesús Prestes, finalizó el encuentro y los jóvenes de Rivera y del Armour se lanzaron contra el túnel para tratar de guarecerse de una lluvia que era muy importante.
Los pocos aficionados que quedaban en el estadio quedaron bajo los aleros de las tribunas y no había ninguna posibilidad de llegar hasta los autos y mucho menos las motos.
Fueron unos veinte minutos de lluvia torrencial que inundaron la cancha.
Inmediatamente llegó la orden y comenzaron por apagarse las luces y se comenzaron a cerrarse los vestuarios y poco a poco los aficionados comenzaron a retirarse del máximo escenario.
La orden oficial ya se había hecho escuchar y el partido quedaba suspendido aunque en realidad no se sabe cuando se podrá jugar porque el campo de juego quedó prácticamente bajo agua.
En las próximas horas se determinará al respecto.

Diario NORTE: