Lejos de pensar que se trata de una derrota, nuestro espíritu es celeste por doquier y lo que debemos hacer en este momento es destacar el trabajo del cuerpo técnico, de los colaboradores y de los jugadores.
Se entregaron por entero, sudaron la camiseta contra todo, contra un escaso, casi nulo tiempo de preparación y se pusieron una pesada mochila al hombro para llevar adelante este emprendimiento.
La justicia deportiva diría que era totalmente injusto que un equipo sin preparación alguna pudiera estar jugando una final de campeonato, pero nos ilusionamos en que ello fuera posible.
Pensamos que la falta de cimiento podría llevarnos a construir un edificio de tantos pisos como fechas tuvo el campeonato sin que se cayera antes del final de la obra.
Y llegamos hasta la penúltima instancia con la ilusión intacta e incluso en el partido semifinal soñamos con una realidad que finalmente no se concretó.
Primero hay que reconocer que no se jugó bien, que no se pudo reiterar buenas actuaciones de fechas pasadas y que el rival, si bien es cierto fue superior a muchos de los que enfrentamos y ganamos, no era un equipo de “otro mundo” al que no se le pudiera derrotar.
Sin embargo, antes de la finalización del primer tiempo que debió haber terminado empatado sin goles, hubo un remate exacto, al palo del golero que no pudo llegar del goleador del rival y goleador del certamen Agustín González que fue marcando el rumbo del partido.
El vestuario ya no fue el mismo, los nervios comenzaron a apoderarse de los nuestros, la desesperación por no encontrar el camino del gol también, el abuso del pelotazo como único argumento válido pasó a complicarnos mucho más que favorecernos.
Y la realidad marcó que hubo un solo remate al arco rival y fue a los 37 minutos del segundo tiempo cuando un remate de Bruno Sandín nos hizo revivir la esperanza.
Después hubo otro gol celeste anulado por una mano involuntaria, pero mano al fin, de acuerdo a la nueva interpretación de la regla, y que terminó en el arco contrario porque los rivales ya habían parado las acciones luego del pitazo del salteño.
En los penales se sabía que era suerte o verdad y los remates de los visitantes fueron todos acertados mientras que uno nuestro fue detenido por el golero visitante y se llevaron la clasificación a la final desde nuestra propia casa.
Absolutamente nada a reprochar. Caímos de píe y en el final el agradecimiento a todos porque con muy poco nos hicieron sentir muy celestes y orgullosos.
Pero, además, son unos gurises que tendrán miles de revanchas a la vuelta de la esquina y esto no es siquiera un tropezón, será una anécdota más en la larga vida deportiva que les espera.
LOS DETALLES
RIVERA 1 (3) ECILDA PAULLIER 1 (5)
Cancha: Estadio Municipal “Atilio Paiva Olivera”. Hora de comienzo: 17:00. Jueces: José Gabriel de los Santos, Ivo Moreira y Miguel Pereira (terna de Salto).
RIVERA: Santiago Agustín Sentena, Santiago dos Santos, Facundo Daniel Olivera, Washington Ariel Lima, Alexandre Ney Gularte, Felipe Machado, Nahuel Hernández, Nawel Alejandro da Silva, Bruno Maximiliano Sandín, William Santiago Loroña y Juan Andrés Díaz.
Cambios: Thiago Rodríguez por Alexander Gularte; Wilson Ferreira por Nawel da Silva; Emanuel Mezquita por Felipe Machado; Luis M. Pereira por Juan A, Díaz.
Gol: Bruno Sandín a los 37’ del segundo tiempo.
ECILDA PAULLIER: Lautaro Godoy, Andy Wladimir Núñez, Marcos Alexis Núñez, Richard Andrés Fernández, Patrick Vicente García, Facundo Manuel Gallo, Lucas Pino, Braulio Alfonso, Leandro Melián, Agustín Braggio y Agustín Alexander González.
Cambios: Ezequiel de Armas por Agustín González; Valentín Gómez por Agustín Braggio; Joaquín García por Leandro Melián; Lucas Vidal por Facundo Gallo.
Gol: Agustín González a los 40’ del primer tiempo.
DEFINICIÓN POR PENALES
1) Braulio Alfonso (EP): Gol.
2) Bruno Sandín (R): Gol.
3) Lucas Pino (EP): Gol.
4) Washington Ariel Lima (R): Gol.
5) Marcos Núñez (EP): Gol.
6) Santiago dos Santos (R): Atajó el golero.
7) Valentín Gómez (EP): Gol.
8) Santiago Loroña (R): Gol.
9) Lucas Vidal (EP): Gol.
No fue necesario el quinto remate celeste.