A Nery Profumo se le ha amputado parte de la pierna derecha y desde hace algunas semanas un importante grupo de amigos se han movilizado con la finalidad de aprovechar que Enrique Ostrovski ofreció su colaboración para devolverle el movimiento.
Bonos colaboración se siguen vendiendo frente a Plaza Artigas pero la realidad ha demostrado que se ha contado con el apoyo de muchísima gente que ya hizo posible que se compraran todos los insumos necesarios para que Ostrovski trabajara.
El gran artesano riverense no cobró el trabajo realizado y todo se fue concretando mucho antes de lo previsto.
El pasado jueves, en el entretiempo del partido final del Campeonato Rivera Nery ingresó a la cancha y al bajar del auto que lo condujo hasta allí, se pudo escuchar un fuerte aplauso que bajó de la tribuna y que comenzó a emocionar a quienes estábamos allí.
Nery le agradeció al pueblo de Rivera, se emocionó y llego a las lágrimas al levantar su mano y recibir el cariño de la gente de fútbol.
Quizás la misma que algún día lo silbó y hasta lo insultó porque se consideraba perjudicado por alguna actitud cuando corría por una cancha con su traje de árbitro de fútbol.
Hoy todos, parciales perjudicados, favorecidos, jugadores expulsados o beneficiados con las actitudes de Nery en la cancha, colaboraron para hacer posible esto que ya es una realidad.
Hoy Nery comienza a moverse nuevamente, tardará algunas semanas en adaptarse a esta nueva forma de caminar pero estamos seguros que hay fuerza de voluntad en su mirada y que apoyado por la tarea de cada uno de los que han colaborado para que se concretara esta realidad, podrá hacerlo.
Es obvio que no será lo mismo, él lo sabe, pero, sin duda alguna, entre Enrique, sus amigos y cada uno de los que colaboraron, harán posible que su calidad de vida ha mejorado y hoy Nery es otro, quizás no el mismo que corría en la cancha, pero el que hoy puede ser, y eso es suficiente.
