En primer término quiero destacar la notable gestión de los dirigentes que han conducido al fútbol infantil riverense.
Grandes Presidentes y dirigentes que ha tenido la Liga nada tienen que ver con lo que se menciona en esta nota porque el mal ya está enraizado en las entrañas de los clubes, de los técnicos y, mucho más, de los padres de los jugadores.
Son realmente titánicos los esfuerzos de Mario da Cámara, José Luis Lara, Zenón Silva y los demás dirigentes, para que se pueda premiar a todos pero allí está el gran inconveniente.
Y lo hacen como una tradición, porque siempre se hizo y porque lamentablemente los equipos juegan con el único objetivo de lograr un trofeo, una medalla y nada más.
Pero hay situaciones que lindan con lo insólito y lamentable para el desarrollo del niño.
No se puede concebir que los mayores insulten, griten, vociferen, que hasta se llega a agredir a un árbitro todo por un resultado deportivo.
No se puede entender que un equipo se retire de la cancha porque no pude ganar un partido.
Pero tampoco se puede entender que un dirigente o técnico le diga a sus jugadores que no vayan al acto de premiación porque no van a recibir nada.
Todo esto tiene una explicación muy clara y la responsabilidad es solamente de las personas mayores, las que rodean el fútbol infantil y las que deberían ser los referentes y la guía de los chicos que lamentablemente van creciendo con estos parámetros.
Poco o nada se hizo por recordar a un gran trabajador como lo fue Ruben Marón González, apenas el reconocimiento de los dirigentes actuales porque Ruben debería estar rodeado de todos los chicos que juegan a este maravilloso deporte al que los padres se empeñan por desmerecer.
Cuánta razón tiene Pierre Sarratiá, cuando trataba de enseñarnos lo que pasa en Francia, donde hasta los 14 años de edad no hay partidos, no hay puntos, ni goleadores, ni formularios y mucho menos copas y trofeos.