Antes de la sesión del Ejecutivo de la OFI, sucedieron una serie de hechos que intentaban desprestigiar al Parque “Pedro Maciel” con la finalidad que Lavalleja no pudiera fijar ese escenario para el partido ante Wanderers.
Desde Artigas comentaban que el día del partido entre Lavalleja y Sarandi Universitario se habían protagonizados serios incidentes dentro y fuera de la cancha.
Hasta se llegó a manifestar que parciales de Lavalleja habían incendiado el campo de juego en clara desaprobación con la actuación de la terna arbitral.
Se tomaba como base el informe del Veedor del partido y del árbitro duraznense.
Ni el Veedor, ni el árbitro mencionaban absolutamente nada al respecto de esos supuestos problemas.
El Veedor manifestó, en su informe, las condiciones del campo de juego pero destacó claramente que no había sucedido absolutamente nada anormal.
El árbitro estampó en el formulario una mención al inconveniente generado por tener que pasar por entre el público para el ingreso y la salida de la cancha.
Lo que omitió escribir el duraznense Arismendi fue que la Policía le brindó total seguridad en todo momento y que no sucedió absolutamente nada en su ingreso y salida de la cancha a pesar de la enorme disconformidad que tenía Lavalleja con la actuación del árbitro.
La idea era evitar que se jugara en dicho escenario deportivo.
Un dirigente de OFI llamó a Lavalleja y a la propia Liga solicitando que se ajustaran las medidas en este caso del encuentro ante Wanderers pero mantuvo el campo de deportes de Peñarol para la disputa de dicho encuentro.
Solamente al pasar recordemos que en la oportunidad anterior que Wanderers debió jugar en ese escenario deportivo ante Peñarol sucedieron hechos similares a estos provocados por los artiguenses.
