El “hijo de Solón” recibió su regalo de cumpleaños adelantado y pasó a Nacional

Caué Fernándes Silveira, el hijo de Solón, de 24 años de edad, recibió su regalo de cumpleaños un mes adelantado.
El próximo 31 de este mes estará completando 25 años y alcanzó uno de los objetivos que tiene todo jugador de fútbol cuando comienza esta actividad, llegar a Nacional o Peñarol.
Caué es uno de los refuerzos del técnico argentino Rodolfo Arruabarena en los tricolores y ya entrena con el plantel al lado de grandes jugadores del fútbol uruguayo.
Es brasileño, nació en Livramento, pero deportivamente siempre fue riverense, jugó en oriental desde las categorías formativas y hoy vive uno de los mejores momentos de su vida aunque no todo fue fácil en el trayecto.
Lleva ocho años en Montevideo y hubo momentos que se planteó regresar a su Livramento natal. Sobre todo cuando no tenía para pagar el ómnibus, o cuando con sus compañeros hacían colecta para comprar la comida.
Por eso el zaguero disfruta al máximo de su presente, el que esperó durante ocho temporadas sin perder la fe. “La esperanza de pasar a un grande nunca la perdí. Uno siempre tiene fe más allá de los problemas y las dificultades que se puedan vivir en el día a día. Siempre trabajé de la mejor manera pensando en que este día iba a llegar. Siempre me preparé de la mejor manera para este momento. Hoy se me está dando y estoy muy feliz por eso”, admitió.
“Esta es una camiseta muy gloriosa, la más importante del fútbol uruguayo y el objetivo siempre es salir campeón. Nos vamos a preparar para eso. Estoy viviendo una experiencia espectacular, hermosa y espero hacer las cosas de la mejor manera”, dijo el zaguero, quien se crió en Livramento, pero siempre jugó en Rivera y por eso dice que sus virtudes son “la entrega, el sacrificio y la personalidad”.
En el baby fútbol era delantero, pero cuando estaba en la categoría sub-13 lo pasaron a la defensa. “Me dijeron que mi porte físico era para jugar atrás y pasé de zaguero; y me encantó de primera, aunque a veces me mandaba la aventura de irme con la pelota para adelante. Pero el técnico enseguida me gritaba que fuera a marcar, que era lo que mejor hacía. Hoy ya no lo hago, trato de ser lo más simple posible para darle tranquilidad a mis compañeros”, relató el segundo de cinco hermanos que guarda buenos recuerdos de una niñez plagada de ticholos y “garotos”.
Llegó a Juventud en 2005 y tras cinco temporadas en el club pedrense, pasó a El Tanque Sisley. Sergio Correa, hoy coordinador de Juventud de Las Piedras fue quien lo acercó al club. Correa es de Rivera y conocía, tanto a Caué como a su padre, un ex defensor de Oriental de Rivera.
Cuando llegó desde la frontera vivía en una casa que tenía Juventud en Las Piedras. “Se llamaba ‘Betania’ y estaba pegada al basurero. Era una casa grande con un terreno enorme y vivíamos como 40 jugadores. Era feo por el constante olor a la basura y las moscas; pero, igual, a pesar de los problemas, la pasábamos ‘bomba’ con los gurises”, contó el tercer refuerzo de Nacional.
“El primer mes fue muy complicado. Se extraña, a la familia y a los amigos, pero como vine con muchos otros jugadores de Rivera, la adaptación se me hizo más rápida”, agregó. Estuvo casi un año en “Betania” y luego pasó a la casona de Colón, donde vivió con 20 jugadores más. “Con Julio (Ribas) aprendí mucho, tanto en lo futbolístico como en lo personal. Su filosofía y su forma de trabajar me sirvieron mucho para crecer como jugador”, comentó sobre el técnico que aprobó su llegada a Juventud.
“Viví momentos duros con los compañeros, como cuando pasamos dos o tres meses sin cobrar, tanto en Juventud como en El Tanque. Pero son cosas que pasan en el fútbol uruguayo, esa es la realidad y uno se tiene que acostumbrar a eso por más que no lo quiera pasar. Varias veces pensé dejar todo y volverme a Livramento. A veces no tenía plata para el boleto o tenía que juntar plata con los compañeros para la comida. Son cosas que te van bajoneando y te van desgastando un poco. Pero siempre tuve la fe de que iba a mejorar y hoy estoy en Nacional”, afirmó con su sonrisa más amplia. “Después de todas las cosas que pasé lo voy a aprovechar al máximo”, agregó convencido.
Ya mantuvo una extensa conversación con el técnico Rodolfo Arruabarrena. “Me comentó su idea, su pensamiento. Me planteó lo que quiere de mí y está todo bien. Vengo de El Tanque donde jugué tanto con línea de tres como de cuatro. No tengo problemas; y me pareció un tipo muy centrado”.
Tras la práctica matutina, Caué firmó sus primeras camisetas de Nacional y se sacó sus primeras fotos. “Es algo nuevo para mí, no me pasaba ni en El Tanque ni en Juventud”.
“Los compañeros son unos fenómenos, me recibieron muy bien. Todos me impresionaron, Abreu, el ‘Chino’, el ‘Cacique’, son tipos humildes que te dan mucho para adelante”.
Hubo cuentas del pasado “Vicente Sánchez medio que me jorobó por alguna patada que parece que le di en un partido”, contó Caué sobre un enfrentamiento que le recordó el delantero en su primer día.

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