– Hay quienes se esfuerzan en encontrar los aspectos negativos del espectáculo del pasado sábado.
– Buscan la aguja en un pajar para hablar y destacar si algo no estuvo bien y a ellos le sirve cualquier cosa, le da lo mismo el precio de la bebida que el origen de la misma.
– Piensan en la cisterna que no funcionaba en el baño o quien paga las horas extras del personal del estadio.
– Sin embargo no miran la cantidad enorme de aspectos positivos que tuvo el partido, como por ejemplo el movimiento que vivió la ciudad.
– Su trascendencia, la venta de panchos en los tráilers (que también debe ser de origen brasileño), de bebidas en los mercados o almacenes (que también son del otro lado de la frontera).
– No vieron la importancia del acto de homenaje a Walkir Silva, que finalmente ha sido reconocido por el equipo aurinegro.
– Su abrazo con Fernando Morena, que fue el encargado de entregarle una camiseta con su nombre, recorrió el país y el mundo cuando todos se habían olvidado del “cartero celeste” el de Sarandí Universitario y de la selección.
– El estadio lució hermoso y gracias a la valentía de un grupo de empresarios que cometieron algunos errores pero que son conscientes que en la próxima oportunidad no los van a reiterar.
– Hay quienes, incluso, se preocupan mucho más en el dinero que pueden haber ganado estos empresarios sin detenerse en el riesgo que hubo tan solo con el hecho de haber tenido un mal estado del tiempo.
– Pero, allá ellos, lo importante es que el estadio tiene que tener actividad y ojalá que siempre sea deportiva y futbolística porque para eso fue construido, más allá que nosotros también fuimos contrarios a esta obra.
– Hoy está ahí, y si lo podemos mantener con una buena cantidad de aficionados presenciando un partido de fútbol, me importa muy poco si lo organizó Juan o Pedro, pero de algo estoy plenamente seguro y es que no le corresponde a la Intendencia la tarea de organizar un partido de fútbol.
