– Un fin de semana sin fútbol oficial fue el tema común en nuestra ciudad el pasado fin de semana.
– Bastaba que dos deportistas se encontraran para que el tema volviera a escena y se conversara largo y tendido.
– Si esa fue la idea de la Asociación de Árbitros, lo lograron, aunque también lograron unanimidad al respecto.
– Nadie, absolutamente nadie, que no estuviera directamente vinculado a la Asociación, estaba de acuerdo con la decisión adoptada por los “pitos” riverenses.
– En realidad fue una medida arbitraria que no tuvo un ámbito de diálogo previo.
– Es más, tenemos conocimiento que las autoridades de la Liga pretendieron una reunión con los jerarcas de la Jefatura de Policía para solucionar el problema.
– El propio Director de Seguridad estaba en conocimiento del tema y estaba dispuesto a reunirse con los integrantes de la Asociación buscando mejorar y asegurar la custodia de los árbitros.
– Pero la realidad existe y los insultos no pueden llamar la atención mientras que las agresiones tienen un ámbito de definición reglamentaria y es el Tribunal de Penas.
– En este caso especial, la medida se debió haber adoptado la semana anterior cuando un chico de Huracán agredió a un árbitro dentro del campo de juego.
– En la segunda oportunidad, la agresión fue afuera de la cancha y consumada por un parcial de un equipo que fue detenido por la Policía y puesto a disposición de la justicia.