– A pocos minutos de arribar a Paysandú comenzó una lluvia torrencial que hizo temer la realización del partido.
– Máxime cuando nos enteramos, en pleno camino, que hubo un corte de luz motivado por el mal estado del tiempo y el Estadio se quedó a oscuras por espacio de veinte minutos.
– A medida que se acercaba el horario del comienzo del encuentro la lluvia seguía incesante y no había muchas perspectivas de cesar.
– Cuando llegamos al Estadio restaba algo más de media hora para el comienzo y los vendedores ambulantes afuera, nos preguntaban sobre la realización o no del encuentro. Ya sabían que la noche era de pérdida casi total.
– Los “choriceros” con kilos y kilos ni arriesgaban a prender el fuego en la parrilla. Los “pancheros” con bolsas y bolsas de pan ni siquiera encendían la cocinilla.
– En el momento del comienzo del partido eran muchos más los policías y periodistas que los aficionados.
– Un pequeño grupo en la Tribuna Oeste que no alcanzaban a los treinta y otro similar en la cabecera norte. Nada más que eso.
– El Presidente de la Liga local se lamentaba, los jugadores mucho más porque a partir de esta fase ganaban las primeras setecientas entradas, libre de gastos.
– No creo que se hayan vendido cien. La pérdida fue total.
– Y llovió durante todo el primer tiempo, por momentos bastante fuerte.
– Ya en la parte complementaria había cesado la lluvia que volvió pocos minutos después de haber finalizado el encuentro, pero el estrago ya estaba hecho.
– Los jugadores, la Liga, los vendedores ambulantes de Paysandú habían cifrado muchas esperanzas en este encuentro y estaban seguros de vender más de dos mil entradas. Una verdadera lástima.
