– Cerca de cuatrocientas personas estuvieron presentes en el Estadio Municipal en oportunidad del partido jugado por la selección riverense sub-15.
– No es un número siquiera importante de aficionados pero si analizamos que el público no acompaña de la misma manera a las divisiones formativas, debemos convenir que fue un buen número.
– Se aguarda una concurrencia mayor en oportunidad de jugar, el próximo sábado ante el equipo de Durazno.
– Y la afirmación se sostiene debido a dos aspectos fundamentales, la importancia que va logrando el trabajo de esta selección y la promoción que algunos medios de prensa le han dado a la presencia celeste en este torneo.
– El ingreso de los jugadores a la cancha estuvo rodeada de una gran recepción, cohetería, fuegos artificiales y papel picado, como muy pocas se ha visto en nuestro fútbol.
– Pero estos “caras sucias” ya se han metido de lleno en el corazón del hincha celeste que sueña con un título desde hace mucho tiempo.
– La realidad indica que aún estamos lejos de la obtención de un campeonato pero, sin duda, se puede asegurar que estamos en el buen camino.
– Todos esperamos que sea este mismo año pero si no es así habrá que entender que es uno de los eslabones de un proceso.
– Otro momento de mucha emoción fue el término del partido porque si bien todos éramos conscientes que no se jugó bien, el gol en la hora nos devolvió la victoria que siempre es importante.
– Hubo alegría entre los integrantes del grupo, el cuerpo técnico y los aficionados que intervenían desde la tribuna.
– En la cancha la algarabía alcanzó hasta para mojar al director técnico del equipo a quien encerraron en una rueda de jugadores y todos con botellas y bidones en sus manos lo empaparon aún a riesgo de perder la titularidad por parte de algunos de los chicos.
– Luego la emprendieron contra Jesús “Joya” Prestes, el cocinero y “quiebra gajos” del grupo, un hombre siempre dispuesto y que no esquiva ninguna tarea para que no falte absolutamente nada.
– El “Joya” ha sido desde árbitro en los partidos amistosos hasta cocinero y mozo en las concentraciones, pues a él también lo empaparon.