– Lo que pasó el domingo en la cancha de Peñarol había sido adelantado por nota por el Club Frontera Rivera Chico que hace un par de semanas alertó sobre situaciones ajenas al fútbol que iban a tener consecuencias en oportunidad del enfrentamiento entre ambos equipo.
– Pero no le préstanos la debida atención, pensamos que se trataba de una simple amenaza y nos quedamos con las manos vacías esperando que los hechos sucedieran.
– Y sucedieron tal como estaba previsto y aprovechando un enfrentamiento deportivo del que nadie puede decir absolutamente nada.
– Felizmente, para quienes amamos al fútbol, debemos establecer claramente que en la cancha nada sucedió, por el contrario jugadores de uno y otro equipo estuvieron conversando durante el entretiempo esperando el desenlace del encuentro.
– Pero lo que no se puede explicar es que todo se inicia por insultos entre dos o tres de cada lado y a pesar de los esfuerzos que hicieron otos parciales y directivos de uno y otro equipo, todo degenera en una situación incontrolable.
– Pero todo parece indicar que se aguardará que suceda una tragedia y conste que no somos fatalistas solamente analizamos la situación tal cual se está dando en este momento, no hay limites, no hay medidas y cuando el problema se genera sin que haya quien ponga limites, hasta los propios intervinientes saben que pueden seguir hasta que suceda algo que puede llegar a ser mucho más grave.
– Lamentablemente la primera medida es represiva, si quienes la provocan advierten que hay mayores controles, que no se va a tolerar ningún desmán, todo puede volver al cause normal y si hay que eliminar a alguno de las canchas, que se lo elimine y en el horario del partido de su equipo que vaya a cumplir una tarea social en una escuela o en el INAU.
– Es así que se terminó con la violencia en otros lados del mundo y hay que copiar los buenos ejemplos, hoy poderosas Ligas del fútbol Mundial con hinchadas organizadas, con asidero jurídico, están limitadas a ver un partido sin pasarse de la raya en estadios que ya no usan más siquiera alambrado olímpico.
– Por aquí seguimos pareciendo indios, con separación, con alambrados, con custodias policiales a los árbitros y todo por un simple partido de fútbol o, de lo contrario, que se termine con el principal deporte de este país.
– Si un Juez Letrado en Melo fue capaz de procesar a jugadores e hinchas, porque no hacer lo mismo, una sola vez que se haga servirá como ejemplo para todos.
